Debo estar infectado de un virus mortífero hasta las Cejas,
éste aparato de mierda que se llama ordenador, va más lento que el Caballo del malo
y en ésta quietud casi total en la que me desenvuelvo,
además de que todo transcurre demasiado tedioso y lento
(es una queja entre muchas otras)
y ya metido en las profundas e insondables sombras de la noche más oscura...
tendré que hacer una de mis insoportables y pertinentes reflexiones:
ante éste panorama en que más o menos sobrevivo
o me quedo quieto y me duermo en los brazos de Morfeo
o me dejo llevar por los lentos y soporíferos acontecimientos de la tarde
y una de dos... o me duermo o me duermo dos veces...
y sigamos con otro tema porque tengo tantas cosas que decir,
que sino las digo me muero de rabia y de ganas de morderme las uñas..
por tanto voy a insistir en el tema que toca
y vayamos de una puta vez al puto grano...
en realidad yo esperaba de ti que me contestaras,
que me dijeras, que hablaras o que balbucearas
yo esperaba tanto de ti que hasta tenía dibujados los planos de nuestra historia,
un día comenzó en una playa cualquiera sin nombre y sin apellidos,
se llamaba nada y era anodina hasta aquél día,
otro día transcurrió al lado de un hermoso Faro vestido con su pijama de rayas,
en otro, estábamos al borde de maravillosos acantilados
y hubo momentos de cama pero esos no se cuentan y simplemente se hacen
o se recuerdan pero sin meter demasiado el dedo en la llaga,
porque al final no es el sexo el que te vence,
es la ternura de aquellos tiempos,
es el abrazo el que te puede y domina,
es la delicada caricia que levanta pasiones celestiales,
y son los besos húmedos los que por fin, doblegan tu voluntad,
por tanto, yo no echo de menos el sexo,
yo echo de menos la suavidad de la ternura
y la complicidad de las sonrisas y de los mensajes,
el resto, me lo fui inventando:
te puse cara de valor indescifrable,
te pinté de labios sinceros, verdaderos y de rojo rabioso carnosos,
coloreé tus ojos de verde oliva esperanza
y a tus cejas las resalté de bordes negros aceituados
y pensé que si esperaba y sin decir apenas nada,
pensé que al final todo caería por la astuta gravedad de la vida
y ¡que va!
todo se complicó entre las frágiles ramas de la cobardía
y entre las siniestras manos de la normalidad de cada día,
y tú sigues dentro de esa monotonía aburrida
y yo sigo en mis trece de perderme entre las brumas de mis eternos amaneceres,
pero yo no soy tú, ni tú eres yo,
por tanto dejemos o mejor dicho,
será mejor que dejé de dar vueltas a lo imposible,
pero de eso se trata,
se trata de ser imposible,
de amar lo imposible,
de pedir lo imposible,
de soñar en imposible y en un idioma imposible,
se trata de ser más quimera que una historia bien contada,
y no sabes como lo siento,
la realidad te ha puesto rejas
y yo sinceramente
ya no te las puedo quitar
y es más, ya nadie te las podrá quitar,
pero esa es otra historia que tú algún día tendrás que contar.
éste aparato de mierda que se llama ordenador, va más lento que el Caballo del malo
y en ésta quietud casi total en la que me desenvuelvo,
además de que todo transcurre demasiado tedioso y lento
(es una queja entre muchas otras)
y ya metido en las profundas e insondables sombras de la noche más oscura...
tendré que hacer una de mis insoportables y pertinentes reflexiones:
ante éste panorama en que más o menos sobrevivo
o me quedo quieto y me duermo en los brazos de Morfeo
o me dejo llevar por los lentos y soporíferos acontecimientos de la tarde
y una de dos... o me duermo o me duermo dos veces...
y sigamos con otro tema porque tengo tantas cosas que decir,
que sino las digo me muero de rabia y de ganas de morderme las uñas..
por tanto voy a insistir en el tema que toca
y vayamos de una puta vez al puto grano...
en realidad yo esperaba de ti que me contestaras,
que me dijeras, que hablaras o que balbucearas
yo esperaba tanto de ti que hasta tenía dibujados los planos de nuestra historia,
un día comenzó en una playa cualquiera sin nombre y sin apellidos,
se llamaba nada y era anodina hasta aquél día,
otro día transcurrió al lado de un hermoso Faro vestido con su pijama de rayas,
en otro, estábamos al borde de maravillosos acantilados
y hubo momentos de cama pero esos no se cuentan y simplemente se hacen
o se recuerdan pero sin meter demasiado el dedo en la llaga,
porque al final no es el sexo el que te vence,
es la ternura de aquellos tiempos,
es el abrazo el que te puede y domina,
es la delicada caricia que levanta pasiones celestiales,
y son los besos húmedos los que por fin, doblegan tu voluntad,
por tanto, yo no echo de menos el sexo,
yo echo de menos la suavidad de la ternura
y la complicidad de las sonrisas y de los mensajes,
el resto, me lo fui inventando:
te puse cara de valor indescifrable,
te pinté de labios sinceros, verdaderos y de rojo rabioso carnosos,
coloreé tus ojos de verde oliva esperanza
y a tus cejas las resalté de bordes negros aceituados
y pensé que si esperaba y sin decir apenas nada,
pensé que al final todo caería por la astuta gravedad de la vida
y ¡que va!
todo se complicó entre las frágiles ramas de la cobardía
y entre las siniestras manos de la normalidad de cada día,
y tú sigues dentro de esa monotonía aburrida
y yo sigo en mis trece de perderme entre las brumas de mis eternos amaneceres,
pero yo no soy tú, ni tú eres yo,
por tanto dejemos o mejor dicho,
será mejor que dejé de dar vueltas a lo imposible,
pero de eso se trata,
se trata de ser imposible,
de amar lo imposible,
de pedir lo imposible,
de soñar en imposible y en un idioma imposible,
se trata de ser más quimera que una historia bien contada,
y no sabes como lo siento,
la realidad te ha puesto rejas
y yo sinceramente
ya no te las puedo quitar
y es más, ya nadie te las podrá quitar,
pero esa es otra historia que tú algún día tendrás que contar.