Hay tardes y tardes,
hay tardes de refriegas
y de peleas con brillos de navajas.
Hay tardes de soslayo,
y en las que te dices:
tengo toda la tarde por delante,
y cuando ves el reloj,
ya son las 10 de la noche.
Hay tardes entrañables,
de estufa, de sofá y de butaca,
donde los recuerdos se cuelgan del techo
y el olor a leña te traslada.
Hay tardes aciagas,
y donde la mala suerte campa a sus anchas,
tardes de hastío y de aburrimiento,
tardes en que es mejor meterse en la cama.
Hay tardes felices,
hay tardes de luto,
hay tardes de risas fumando un canuto,
y hay tardes...,
y hay tardes en que te hecho de menos.
hay tardes de refriegas
y de peleas con brillos de navajas.
Hay tardes de soslayo,
y en las que te dices:
tengo toda la tarde por delante,
y cuando ves el reloj,
ya son las 10 de la noche.
Hay tardes entrañables,
de estufa, de sofá y de butaca,
donde los recuerdos se cuelgan del techo
y el olor a leña te traslada.
Hay tardes aciagas,
y donde la mala suerte campa a sus anchas,
tardes de hastío y de aburrimiento,
tardes en que es mejor meterse en la cama.
Hay tardes felices,
hay tardes de luto,
hay tardes de risas fumando un canuto,
y hay tardes...,
y hay tardes en que te hecho de menos.