Por la noche acechan más demonios que por el día y en el anochecer empiezan a despertarse. Debe ser la magia de la noche y sus fuegos artificiales: las estrellas en el firmamento, la luna en sus distintas configuraciones, alguna estrella fugaz suelta y corriendo a esconderse bajo las tinieblas, los grillos aturdiendo al que sigue despierto, bueno en fin, que os voy a explicar yo del como es la noche. Bueno algo si puedo, pues yo fui especialista en el tema y tengo más noches de insomnio que estrellas hay en el cielo. Como se dice, noches sin fin y oyendo las campanadas a cada puta hora y vrnga a contar borreguitos y venga a deshojar margaritas y venga a echarme pajas y aún así, seguía con los ojos abiertos.
El insomnio cuando duerme a tu lado, no te deja el espacio suficiente para que puedas relajarte. No te deja espacio, te calienta la cama y la almohada y a veces te da por el culo y te lo deja como la bandera japonesa en pleno apogeo. Dicen que lo mejor ante estos casos, es levantarse y leer un rato en otro lugar y sitio o tomarte algo caliente que no te excite. Eso explican los que dicen ser los entendidos o sea, toda esa ralea de psiquiatras, terapeutas y psicólogos que entre otras cosas viven de ese cuento. Pues hijo, te dicen, practica respiraciones abdominales y tú venga a respirar con el puto diafragama y al final el estómago se te llena de gases y acabas echando unos pedos explosivos.
O te dicen que leas un libro que te relaje y claro el problema es encontrar un libro que te relaje y que además te duerma y por tanto no puede ser un libro de acción o de novela negra. De amor quizá sea mejor, de amor pastelero, pero sin escenas amorosas de sexo, porque sino te excitas y seguirás despierto. La tele en la cama está prohibida y comer chocolate también lo está. Se pueden comer otras cosas que no vienen en los manuales del insomnio, bueno eso si te dejan y además antes hay que firmar el acuerdo mutuo y porque si no lo firmas, te restregaran por la cara y a lo largo de toda tu vida, que esa noche en la que ella dormía tan plácidamente, tú tuviste la osadía de desvelarla. Siempre conviene firmar antes del acto y negociar muy bien las condiciones, pues por un polvete insomne puedes perder tus derechos para toda tu vida. Nada lo dicho, todo se arregla matándote a pajillas.
El insomnio cuando duerme a tu lado, no te deja el espacio suficiente para que puedas relajarte. No te deja espacio, te calienta la cama y la almohada y a veces te da por el culo y te lo deja como la bandera japonesa en pleno apogeo. Dicen que lo mejor ante estos casos, es levantarse y leer un rato en otro lugar y sitio o tomarte algo caliente que no te excite. Eso explican los que dicen ser los entendidos o sea, toda esa ralea de psiquiatras, terapeutas y psicólogos que entre otras cosas viven de ese cuento. Pues hijo, te dicen, practica respiraciones abdominales y tú venga a respirar con el puto diafragama y al final el estómago se te llena de gases y acabas echando unos pedos explosivos.
O te dicen que leas un libro que te relaje y claro el problema es encontrar un libro que te relaje y que además te duerma y por tanto no puede ser un libro de acción o de novela negra. De amor quizá sea mejor, de amor pastelero, pero sin escenas amorosas de sexo, porque sino te excitas y seguirás despierto. La tele en la cama está prohibida y comer chocolate también lo está. Se pueden comer otras cosas que no vienen en los manuales del insomnio, bueno eso si te dejan y además antes hay que firmar el acuerdo mutuo y porque si no lo firmas, te restregaran por la cara y a lo largo de toda tu vida, que esa noche en la que ella dormía tan plácidamente, tú tuviste la osadía de desvelarla. Siempre conviene firmar antes del acto y negociar muy bien las condiciones, pues por un polvete insomne puedes perder tus derechos para toda tu vida. Nada lo dicho, todo se arregla matándote a pajillas.