Hace frío en la isla
hace otoño y hace casi invierno.
Hace lo que tenía que hacer hace mucho tiempo,
ser otoño, ser casi invierno,
ser un alma caída como hoja de un árbol
que se acaba posando en el manto húmedo de un charco.
Hace frío en la isla
hace otoño y hace casi invierno.
Hace lo que tenía que hacer hace mucho tiempo,
ser otoño, ser casi invierno,
ser un alma caída como hoja de un árbol
que se acaba posando en el manto húmedo de un charco.
ningún poema
puede salvarnos
pero puede decir:
los domingos por las noches
soy especialista en la ausencia
puedo diseccionarla
analizar sus partes
y verla multiplicarse
por toda la casa
—————————————————
de chica comprendí
que existe el paso del tiempo
tomé un vaso de agua
y lo olvidé
con poco
se aprende a ser feliz
—————————————————
hubiera querido no volver a ver tu cara
atravesé los barrios del oeste
bajo un sol poderoso
cuando volví a verte
qué puedo decir
lloré mirando a los árboles
me aferré a ellos como si fueran dioses
quedé pegada a esa sensación
esa clase de tristeza es horrible
—————————————————
esto es un poema de amor
escribo para decir:
los cables y las antenas
en los cielos del barrio
son preciosos
—————————————————
quiero que llueva
y me moje entera
que llueva tanto
que me olvide
que tenía que pagar mis cuentas
si este día
no pone fin a mi tristeza
que llueva
para que volver a casa
tenga sentido
Nadia Sol Caramella
Técnicas de supervivencia
Tengo un poema en los ojos
y una bola de fuego en la boca de mi estómago
que sube y que asciende como un reflujo de lava ardiente
que quema mi esófago y araña mi tráquea
que hace masa y obstruye mi páncreas
y que se acaba colando por las rendijas de mis pulmones
y me hace vomitar bilis y aire con saliva y sangre.
La nostalgia
la maldita nostalgia
que a veces te sorprende, te ataca
y por fin, te muerde.
Pero a veces, te mata
o te amputa sin más,
una parte de tu vida.
La maldita nostalgia
tiene dientes en sierra,
mandíbula batiente
y bajo ella, nada crece.
Ojalá pudiera volverte a ver en tu desnudez,
despojada de todo y del todo,
desnuda como una niña recién parida,
sin maldades ni miedos ancestrales
sin pensamientos ni agujeros negros,
sin subterfugios ni golpes bajos,
desnuda de principio a fin
desnuda como nuestra historia
y un día juntos nos desnudamos
y al día siguiente,
éramos dos gatos huyendo del agua.
Espero curarme de ti en unos días.
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana se puede reunir todas las palabras de amor
Que se han pronunciado sobre la tierra y
Se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio. Porque las mejores palabras de amor
Están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral
Y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
Cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿Sabes manejar?", "se hizo de noche"
Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías,
Te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero").
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras:
Guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura.
No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana
Para entender las cosas. Porque esto es muy parecido
A estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Jaime Sabines
Jesús Quintero: "Señor Gala, ¿qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida?"