EL TREN DE LA VIDA (Poema)


Cuando llegue mi hora,
os dejaré escrito un deseo,
desearé suerte a los que quedan,
y lo mejor para mis hijos,
me despediré con una última mirada,
y en silencio absoluto,
y sólo roto por mi respiración agónica,
y os entregaré en mano, mi último deseo.

Cuando yo me vaya,
no me temblará el pulso,
en tal caso derramaré unas lágrimas,
y os contaré al oído mi último secreto:
la vida me ha dado mucho
 y yo le he correspondido,
pero en la vida siempre se llega tarde,
y ese es su verdadero problema,
el tren pasa cuando menos te lo esperas,
y pasa a la velocidad del vértigo,
y si no lo coges a tiempo,
el siguiente pasará,
pero pasará aún más rápido,
y ésta vez si que es tú elección definitiva,
o coges la cara o la cruz de la vida.

Pasaron tantos trenes delante de mis ojos,
tantos vagones repletos de sentimientos,
tanta ternura derramada por las vías, 
que hoy no doy crédito a lo que veo,
pues estoy convencido,
que me he dedicado a desperdiciarlo.

Pero que sería de mí,
de mi sin haber metido la pata,
 de mí sin nadar entre las dudas,
si yo soy lo que soy, 
y lo soy gracias a ellas,
pero por si sirve de algo,
y tengo necesidad de decirlo,
súbete al primer tren que pase por tú vida,
después siempre habrá tiempo de bajarte,
y de bajarte en el próximo apeadero.

EN EL PAÍS DE LOS ESCORPIONES MALOS


     Qué alegría me he llevado, resulta que ya sé que quiero ser de mayor, quiero ser como el tío del anuncio de los seguros Axa, quiero ser médico de Axa. Y acudir a la llamada de la selva, mejor dicho, a la llamada de una paciente a 6.000 km. de distancia. Y narra el tío la historia y se ve en las imágenes, que a una tía en un mercado exótico va y le pica un escorpión mientras sobetea  con descaro la fruta de un puesto y le pica un escorpión de los malos, de los venenosos más mortíferos. Y resulta que la tía del anuncio, estaba embarazada de unos 6 meses o eso creo, pero por ahí andaba la cosa. Y el médico en su corazón nota un pálpito extra o un superlatido y es que el tío siente que le reclama la paciente. Y coge su avión supersónico y sin más se presenta en el país de los escorpiones malos.

                       

Y dice una voz engolada, que primero evaluó y después decidió, y lo hizo junto al médico local y esto si que no me lo creo, bueno como creer no me creo nada, pero esto menos, que juntos los dos médicos tomaron esa decisión. Más bien la tomó el supermédico de Axa y el médico local que le dieran por el culo. Al final cogen el avión supersónico y llegan al superhospital que Axa tiene concertado y dice el muy imbécil: "el niño está bien y su madre también". Y se ve a él todo guaperas, dejando a la paciente en las urgencias del hospital de marras. Y dice algo así y como lindo epitafio: "mi verdadera vocación es salvar o proteger vidas". ¡No te jode con el tío, no va a ser quitarlas!.

                            Pues eso mismo, yo quiero ser, como éste médico de Axa, ese médico que se recorre el mundo de una sola tacada y tener ese mismo pálpito extra y ser tan guaperas como él, ah¿ y quiero el mismo avión su`persónico. Y por cierto, ¿eso donde se estudia?, ¿donde se estudia para ser especialista de  médico de Axa?. Si alguien lo sabe que se ponga de inmediato en contacto conmigo. Muchas gracias por adelantado. Y por favor no copiarme la idea, pues seguro que hay plazas limitadas.

MI FONDO (Poema)


Mi fondo,
 ¿cuál es mi fondo?,
es un fondo bueno o es un fondo malo,
o es profundo o es superficial,
y en realidad yo me pregunto,
¿yo  tengo fondo? y ¿es un fondo de verdad?.

Mi fondo es oscuro y desconocido,
y es una boca negra,
en la que no se encuentra su final.

Entonces mi fondo, ¿donde está?,
quizá esté en el fondo del mar,
sí, allí está, 
allí en el fondo más profundo del mar, 
 entre estrellas, caracolas,
y serpientes de dos cabezas,
y posado plácidamente
sobre la mano de su bondad.

Mi fondo es mucho fondo,
es tan fondo que no conozco su final,
pero yo sé que él está,
que está conmigo y dentro de mi,
y que nunca, nunca, 
me dejará.

A COSTA DA MORTE - Parte II

                Antes de proseguir el relato, quiero hacer un inciso, y vuelvo al principio, al como debí empezar ésta historia. No hice la introducción adecuada, así que retomo el tema.   Tendría que haber comenzado por el origen del nombre de A Costa da Morte (costa de la muerte). Pues bien, el origen del nombre es complejo de explicar, pues hay muchas teorías. Pero de las cuales me voy a quedar con las tres que pienso yo, que son las más creíbles, a saber:

             -La primera, es que dicho nombre, viene dado por las características de ésta costa, es decir por la bravura de sus aguas, por sus fuertes tormentas, que provocan cada año grandes temporales y por tanto causan varias víctimas mortales cada año.

             -La segunda, tiene relación con la mitología y las leyendas. Se basa en creencias celtas y romanas. Como es la parte más occidental de España, el sol se acuesta por ésta zona, la caída del sol al mar, significa que es el fin del sol y por tanto de la vida en la tierra. Se vincula a que también los celtas adoraban al sol y en Finisterre se dice que hay un lugar de adoración al sol o templo, sitio al que acudían peregrinos de otras partes de Europa, para así morir en vida y resucitar con otra nueva. Al acabarse la tierra, de ahí viene el nombre de Finisterre (fin de la tierra).

             -La tercera, es más peliaguda, pues es la que los nativos de la zona aceptan menos, no es muy del agrado pensar que uno desciende de piratas. Aunque pienso que tampoco es para tanto. A mi me parece una versión muy plausible y posible, es más yo diría que me parece de todas ellas la más cierta, pero aclaro que sigue siendo incierta.
 Se basa en que en épocas oscuras de gran hambruna y en donde la costa gallega apenas estaba señalada por faros costeros, sólo existía el faro de Hércules en la ciudad de la Coruña, que precisamente no está dentro de la costa de la muerte. Pues en los días de grandes temporales, de noche cerrada y con muy poca visibilidad, los paisanos cogían a los bueyes y los llevaban a los acantilados y allí en sus cuernos les ataban antorchas encendidas. Los barcos que pasaban por la zona, a causa del temporal se arrimaban a la costa en busca de un posible refugio y por tanto seguían las luces de un posible faro y hasta que ¡zaca!, encallaban en las rocas de los acantilados. Después era cuestión de esperar a que amainara y recoger las mercancías y los restos del naufragio. Esto en sus tiempos era ley de vida, de supervivencia pura y dura y también ley del mar, puesto que en el mar todo lo que naufraga es de quien lo encuentra.

                           Como vamos viendo ésta es una tierra de mitos y leyendas. Existen varios lugares destacados en éste aspecto donde se mezclan leyendas celtas, romanas y cristianas. Citaré algunas importantes y destaco:

            - MONTE DO PINDO: monte situado encima de una aldea, de nombre Ézaro. Es de por sí, un monte mágico. Por la multitud de erosiones que presentan sus piedras graníticas, se forman moles de piedra de todo tipo de formas y colores. Uno se puede imaginar una ciudad, un barco, miles de caras, cuerpos, animales o cosas. Hablan los historiadores, que aquí habían dos altares de sacrificios celtas, se supone que para animales, dada la variedad y diversidad de piedras, fácil es encontrar alguna en la que se dice que fue un altar celta. Este lugar es realmente mágico y sus vistas ya no digamos.

           - MONTE DE FINISTERRE: en éste monte se habla de que había en tiempos celtas, un templo al sol. Ya expliqué porqué se adoraba el sol y en éste punto en concreto. También de la misma época, data un a gran piedra alargada, que puede coger en su seno a una o dos personas tumbadas a lo largo, es la aún conservada piedra de la fecundidad. Se trata que los que no puedan tener hijos, se pasen una noche tumbados en dicha piedra y así queda la mujer fecundada, pero que quede claro que sin chingar nada, sólo tumbados y punto, no vayamos a convertir una piedra sagrada celta en un puti club... A ver si nos aclaramos, el tema de fecundar es mágico, ¿vale?.


A COSTA DA MORTE - Parte I

            Bueno, en realidad yo no nací aquí, nací en Vigo. Pero en mi segunda reencarnación celta aparecí desnudo, en ésta tierra de dioses, nací aquí de nuevo.
                     A quien no conozca ésta esquina de Galicia, yo se la recomiendo. Es el último reducto Celta, es el fin de la tierra. Esta es una zona marginada y dura. Dura por su clima, dura para ganarse el sustento. Está situada en una zona costera de la provincia de A Coruña y entre otras cosas, es el punto más occidental de España. Cuando yo viví allí. Tuve siempre una sensación de isla, sólo que de isla en tierra, pues no se rodeaba de mar (sí en su parte costera), sino de extensos campos de cultivo, adornados por montes de medio pelo, pero si lo suficientemente incómodos para que la carretera adquiriera contornos sinuosos y peligrosos, como de curva continua. En esos tiempos, era una carretera provincial, estrecha y llena de baches, con curvas mal peraltadas, con asfalto negro y que junto a la voraz lluvia, ofrecía un espectáculo dantesco, como de noche de los muertos vivientes.

                    Por esos montes, sin luz de luna, con una lluvia fuerte en que apenas se veía, por la mente me pasaba que el que no creía en meigas y en la santa compaña, aún no conocía este rincón de almas perdidas. La noche, la luna escondida, la lluvia continua. Todo formaba parte del mismo decorado y cualquier momento era el idóneo para la aparición de la Santa Compaña, de la Virgen María o del Espíritu Santo. A medida que avanzabas hacia la costa. Se transformaba la arquitectura costera. Las casas se vestían de colores, de colores vivos, añiles, rojos, verdes ..., sin orden y sin sentido, era la anarquía de los colores. Al tiempo, las construcciones nos enseñaban su esqueleto. Dado el clima húmedo y lluvioso, las casas se empezaban por el techo. Era frecuente ver casas de dos plantas con la planta superior acabada y la inferior desnuda y solo marcada por escuálidos pilares y en el medio ropa tendida. Así se creaba un espacio muerto, vacío, a modo de cámara de aire, que separaba la vivienda del húmedo suelo.

                 



Isla da Lobeira
En éste recorrido, todo era verde, verde intenso, verde claro, verde marrón y un marrón también era conducir por ésta carretera. Llegado a un punto en alto, se oteaba a lo lejos, la ría de Corcubión. Bonita ría, pequeña pero matona, con dos faros que señalaban su entrada y al fondo y delante de su bocana una pequeña, por no decir diminuta isla, la isla de la Lobeira (la Isla de los Lobos). Éste nombre procedía de que en otros tiempos llegaban las focas hasta ella y éstas emitían sonidos guturales similares a los aullidos de los lobos, La isal en sí no era nada, apenas unas rocas en medio del mar, tenía un pequeño faro, un muelle destrozado y una calita y en la que nadie se bañaba, el agua no es taba fría, era hielo derretido. En Galicia, no se pregunta si el agua está fría o caliente, pues esta última opción no existe, se pregunta si el agua corta o no corta, pues la sensación térmica que te da a medida que metes tus piernas en el agua, es como si te fueran cortando en filetes las piernas.
       

NADA ES IGUAL (Poema)




.Es triste comprobar que nada es igual,
no es igual hablar de causas perdidas,
que estar perdido entre ellas,
,no es igual un beso al aire,
que un beso tierno y sincero,
no es lo mismo estar sólo,
que en tu dulce compañía, 
nada es igual si tú no estás,
nada es igual, ¡nada!

No es igual uno que dos,
o que dos en uno,
y es que para mi no es igual,
y no sé como será para los demás,
pero yo soy yo y los demás son otros,
 y dudo que entre tú y yo,
haya puentes colgantes,
o túneles bajo la tierra,
hay eso sí, mundos sin fronteras,
y autopistas sin peajes,
y hay sobre todo,
muchas noches con la luna llena.











`PERRO LADILLA


               Yo tengo un perro ladilla, un perro con esa marca o raza y es que es la sombra de mis talones, todo el día pegado a mí. Y lo más curioso de todo, es que el perro no es mío, no es directamente mío, es de mi hijo el del medio y entonces se podía decir, que soy el abuelo del perro. El perro estaba acostumbrado a vivir entre cinco humanos y de repente el pobre perro, pasó a vivir sólo conmigo. Mi hijo viene a sacarlo todos los días, pero yo me encargo de su mantenimiento y ya se sabe el que le da el papeo, es el que se lleva el gato al agua, en éste caso el perro.

                            Ahora lo tengo a mis pies tumbado mientras escribo y si me levanto por cualquier motivo, el hilo invisible que nos ata, tira de él y se viene detrás de mi pisándome los talones. Adonde vaya él me acompaña y claro tuve que ir poniéndoles algunos límites. Por ejemplo, no lo dejo entrar conmigo al baño, eso de cagar con el perro al lado, como que no, como que me produce estreñimiento. Para mí cagar es sagrado y es demasiado intimista. Tampoco lo dejo entrar en mi habitación y eso que no para de intentarlo. Era lo que me faltaba confundirme al perro ladilla con una tía y ya sabéis lo que podía pasar en noches de carencias. Aparte que como las personas, los perros sudan y por tanto emiten olor corporal y los dos en la misma habitación y cada uno con su particular olor y esa mezcolanza olorífica, hacen un engrudo tirando a asqueroso y pegajoso. No, me niego a ello.

                            Pero por el resto ya estoy doblegado a sus encantos y es un perro ladilla y de compañía. O sea nos vamos conociendo y con un sólo gesto mío él me entiende y yo a él, por supuesto. Hace unas semanas un perro asesino, un perro pastor alemán o sea un perro nazi, le largo varios bocados y por poco se lo come sin patatas. Le dio unas buenas dentelladas y éste perro o sea el mío o mejor dicho, mi nieto perruno, ya no fue el mismo durante unos días. Era un alma en pena, no tenía alegría, ya no ladraba y menos saltaba y por supuesto nada de carreras por la casa. Estaba alicaído, desganado y triste. Se fue recuperando de las dentelladas y ahora desde hace unos días vuelve a ser el mismo de siempre. A lo que voy, durante esos días en que era su sombra, no sabéis como lo echaba de menos con sus carreras celebrando cualquier cosa, sus ladridos agudos y bastante molestos, sus saltos para que lo acariciaras y esas ganas de comerse el mundo y claro, a su plato de comida. Ahora ya está de nuevo en su salsa y vuelve a ejercer plenamente de perro ladilla.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...