PIEDRA...





Antes de decir que no o que sí,

se debe o es prudente o es aconsejable...

ver toda tu película anterior,

porque puede ser que cambies de idea,

porque puede que valores que por ahí es mejor que no o que sí,

o porque hay que salir por la tangente y cuanto antes será mejor,

o porque te das cuenta que debes pedir un tiempo muerto o un tiempo añadido,

claro que sin demasiada dilación,

no conviene aplazar en exceso,

y dejar que una decisión se enroque

y se convierta en círculo vicioso o en callejón sin salida,

no hay que dejar que el paso del tiempo

se convierta en nuestro peor aliado,

hay que actuar, hay que decidir,

hay que sobreponerse y nunca reincidir,

lo peor que nos puede pasar,

es volver hacer lo que nunca debiste hacer,

la reincidencia nos convierte en seres débiles y predecibles,

desde otros mundos nos observan

y saben que tú harás esto y no lo otro,

que tú dirás las mismas palabras que un día dijiste

y ante hechos parecidos o similares,

saben que tropezarás en la misma piedra de siempre,

amor se llama esa piedra

y no somos capaces de entender,

que esa misma piedra se cubrirá de hiedra.

DE VERDAD

De verdad,

de verdad os digo que detrás de las cosas,

hay millones de diminutos átomos que saltan y que no paran de saltar 

 que al final, se adhieren al cristal de mi ventana,


hay esquirlas de gotas de lluvia,

hay polvo en suspensión que se depositó,

hay múltiples rayos de sol deformados,

hay pájaros sin voz,



hay voces que hablan de amor


yo era uno de ellos...

yo hablaba de amor

y ahora me quedé sin voz,

yo pensaba que quería a morir

y tras pasar aquella esquina, me dije...

tendré que dejar de querer

y ¿porqué?

pues realmente no lo sé,

puede que estuviera cansado de tanto querer.

PARA RECITAR VERSOS ANDO YO...

Para besos ando yo,

para besos, para abrazos,

para carantoñas de caramelo,

para suaves caricias de madrugada,

para en fin,

para recitar versos ando yo...

EN CADA CHARCO










En cada charco

duermen las esporas de esos seres que algún día tendrán cuerpo y mente,

y los batracios clonados en diminutos seres que no paran de saltar,

que saltan sobre la aterciopelada y sucia superficie llena de magia,

que refleja el cielo y la tierra en un juego de espejos,

es que hay tanta vida en un charco, 

hay tanta vida transitoria

que sabe que depende de la existencia de ese mar en calma,

o a no ser que llegue una bota o un zapato,

que se encargue sin ninguna aflicción,

de finalizar una parte de la vida del charco,

mientras se escuchan risas humanas,

carcajadas oníricas que retumban en las paredes de un sueño,

pero en éste caso,

puede más la potencia destructiva de la bota,

que el poder que tiene un sueño...

ESCALERAS AL CIELO



Cambio mis historias por tus cuentos

o mis cuentos por tus interminables historias,

no importa el orden, 

ni la suma... ni la resta,

yo quiero hacer un trueque,

yo te doy algo a cambio de un todo

o al revés, también me vale

no soy tan exquisito y egoísta

yo te planteo un tuya mía,

un ping pong de sentimientos,

una entrega sin acuse de recibo

un intercambio de pareceres dentro del mundo de la utopía,

yo pongo la primera piedra,

y tú pondrás la siguiente

y con el largo paso de los años,


construiremos unas escaleras al cielo.

PRESCINDIBLES

No hay plenitud donde yace el vacío de la nada,

no hay nostalgia en el olvido y retiro obligado,

no hay pena que no tenga sentido y un sin sentido,

no hay ilusiones ópticas en un cerebro muerto,

o eso quieren que piense...

que después de muerto

no habrá mundos paralelos,

ni aviones con alas de plata y hélices doradas,

ni molinos de viento grandes y de aspas gigantes,

ni desayunos con churros mirando el mar que nos conmueve,

y modestia aparte y perdónenme ustedes...

no habrá personas como tú o como yo,

hablan que somos prescindibles,

que no tenemos recambio,

que una vez que se nos agoten las pilas,

seremos carne de cañón o carne de piraña,

nos comerán los gusanos,

serviremos de abono

y sobre nuestros restos nacerán raíces nuevas

y al final, va a ser que llevan la razón

y somos totalmente prescindibles

y nuestro precio en el mercado de valores

es el equivalente a un penique y medio.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...