Si me dejara llevar,
yo correría como un galgo,
y quebraría los huesos de los dinosaurios,
si me dejara llevar,
yo andaría por los montes del Ártico,
y le diría a dios,
que ¡ya estoy harto!.
Si me dejara llevar,
yo saltaría sobre agujas de cuarzo,
y rompería las cadenas de titanio,
y me subiría a los picos más altos,
y si cabe y hace falta,
nadaría entre millones de cuerpos mutilados.
Si me dejara llevar,
yo cruzaría el mar Báltico,
y saltaría de cima en cima las cordilleras alpinas,
y escalaría las pirámides egipcias,
y desde allí, desde lo más alto,
me lanzaría al vacío sin paracaídas.
Si yo me dejara llevar,
yo me haría amigo de los ciclones,
y jugaría al billar con las tormentas,
y de tapete pondría al Universo entero,
y de palo usaría el poder del rayos,
y así culminaría mi
faena creativa,
por fin y al final descansaría el séptimo día.




