Las tardes, uyyy!! las tardes. Las tardes son lo que son y se presentan después de la comida y son largas y son bellas y son más bellas, si tú quieres que sean más bellas o bueno, si puedes y porque yo odio en sí mismo y a muerte, al positivismo, es decir, serán bellas si puedes o te dejan y después y en último lugar, si tú quieres que sean bellas. Bueno, pues hoy estamos ante una bella tarde y porque no apareció, de momento, ningún cabrón que me jodiera la tarde y como estamos en su último aliento, me atrevo a decir que la tarde de hoy fue tirando a cojonuda. Y ya sé que me gusta exagerar mucho las cosas y entonces hago un esfuerzo sobrehumano por ponerme en equilibrio y concluyo: la tarde estuvo bien y punto.
21 de Abril y ya casi pasando la página de éste mes y después vendrá el mes de Mayo y hasta mediados del mes de Junio, seguiré viviendo en paz con los hombres y con mi entorno, pero después de esa maldita fecha, a mediados del mes de Junio, tendré que ponerme el kit de supervivencia y porque los guiris ya serán una puta plaga que inundará a ésta Isla por todos sus rincones y curvas. Pero de momento aprovechemos el tiempo y porque ahora mismo, la Isla está para comérsela crudita y reluciente. Bueno, ésta la misma repetición de todos los años y ahora y como le llaman, ahora viene la Temporada y ante la nueva temporada, se pintan las casas, se arreglan los jardines, se podan los árboles y para que todo luzca bonito a la luz del sol menorquín.
Así es la vida en una Isla que depende fundamentalmente del turismo y no sé porqué, pero pienso que siempre dependerá de los guiris. Bueno, es fácil, porque no tiene otras alternativas económicas, ni filosóficas, ni poéticas. Aquí, el Santo Grial y al que hay que despeluchar, es un puto guiri inglés todo blanquito y grimoso, que se pone lindas zapatillas y pantalón corto que deja ver sus piernas de palillo o de oso y dependiendo del caso, lucen sombreros de variopintos colores y las camisas deben ser de Primark, porque se deshilachan a los dos días y claro y eso nunca puede faltar, sus sobredosis de Ginebra mezclada con toneladas de cerveza. ¡Y ahí va! y ya tenemos el prototipo de guiri de Menorca.
21 de Abril y ya casi pasando la página de éste mes y después vendrá el mes de Mayo y hasta mediados del mes de Junio, seguiré viviendo en paz con los hombres y con mi entorno, pero después de esa maldita fecha, a mediados del mes de Junio, tendré que ponerme el kit de supervivencia y porque los guiris ya serán una puta plaga que inundará a ésta Isla por todos sus rincones y curvas. Pero de momento aprovechemos el tiempo y porque ahora mismo, la Isla está para comérsela crudita y reluciente. Bueno, ésta la misma repetición de todos los años y ahora y como le llaman, ahora viene la Temporada y ante la nueva temporada, se pintan las casas, se arreglan los jardines, se podan los árboles y para que todo luzca bonito a la luz del sol menorquín.
Así es la vida en una Isla que depende fundamentalmente del turismo y no sé porqué, pero pienso que siempre dependerá de los guiris. Bueno, es fácil, porque no tiene otras alternativas económicas, ni filosóficas, ni poéticas. Aquí, el Santo Grial y al que hay que despeluchar, es un puto guiri inglés todo blanquito y grimoso, que se pone lindas zapatillas y pantalón corto que deja ver sus piernas de palillo o de oso y dependiendo del caso, lucen sombreros de variopintos colores y las camisas deben ser de Primark, porque se deshilachan a los dos días y claro y eso nunca puede faltar, sus sobredosis de Ginebra mezclada con toneladas de cerveza. ¡Y ahí va! y ya tenemos el prototipo de guiri de Menorca.