
Ya está bien de clichés y de dedos que nos señalan y por supuesto que nos culpabilizan, pues si no te mueves o no te movilizas, eres un conformista y un vendido y una mierda pinchada a un palo. Y lo digo porque veo mensajes en el Facebook que van por ese camino y mal camino el que han escogido, pues ese camino no moviliza, más bien inmoviliza. Porque por insultos yo no funciono y supongo que los demás tampoco. Vamos a ver y para que quede claro, yo me movilizo por lo que me sale de mis cojones y si fuera mujer, de mis ovarios.
Ya está bien de mentes preclaras que se dedican a llamarnos corderitos, corderito será tu madre o tu padre, ¡capullo!. Si es que al final me cabreo y me cabreo porque ya tuve que soportar de pequeñito a la Santa Madre Iglesia diciéndome lo que está bien y lo que está mal y lo que se debe o no se debe hacer y después de largos años de silencio, ahora vienen unos imbéciles que se han movilizado 1 o 10 días, ¡que más da! y a decirme a mi, si debo o no debo movilizarme. Ya está bien de predicadores y de ayatolás de las movilizaciones.

Mientras existan elementos como estos yo seguiré luchando por lo que creo y pienso y para estar a su lado, primero tengo que dejarlo claro y por eso digo: que yo no soy un borrego que sólo bala cuando ellos digan que hay que hacerlo, es más soy un cordero que no necesita que lo dirijan, sé por donde van los tiros y ante los tiros, yo no distingo nada y si se quiere guerra e insultos yo nunca me quedaré por detrás de ellos, yo simplemente dispararé en plan metralleta. Por favor que esos enanos o gigantes verborreicos se callen y se callen para siempre, porque hay veces que ya no distingo quién es más enemigo, si el Gobierno o los nuevos ayatolás de la política subversiva.