Sabéis que me pasa a mi, que por un lado no soporto a los fachas, ni puedo con la ostentación de los poderosos y por supuesto puedo menos, con la explotación, con el machismo, con la altanería, con al mezquindad de los políticos, con el peloteo arribista o con el trepa que le gusta pisar cabezas o con el cura del pueblo y por servidor del explotador, aparte de reventar el culo de los niños y amén. No puedo con el facherío y todas sus banderas y con los patriotas que me tocan las pelotas con sus cánticos guerreros. Bueno y dejando esto claro en primer lugar, también tengo otras cosas insufribles, de menor rango, pero también insufribles.
Por tanto, por otro lado tampoco soporto a los que van de fariseos, sí, esos señores que se visten de izquierda y cuando en realidad, solo aprecian la pasta en su bolsillo y por eso, acaben siendo descubiertos, digamos que por su choriceo. Y ya entrando más en mi terreno político, tampoco soporto a los dogmáticos de izquierdas, a esos que les pones una consigna delante de sus narices y empiezan a ladrar y a morder como perros rabiosos, vamos que si tú opinas lo contrario que ellos, eres un contrarrevolucionario o eres un vendido a la casta y de ahí no salen. Ya conocéis el esquema, o eres bueno o eres malo y punto.
También hay los que se creen salvadores del Pueblo y porque creen que el Pueblo es medio tonto y por tanto, que necesita del poder de su iluminación y entonces y haciendo un salto demagógico adulan todo lo que lleve la palabra Pueblo y se llenan la boca con ella y quién no la diga, pues es un traidor a la causa. Y ellos siempre hablan de Pueblo, pero al Pueblo lo quieren para que les voten y así ellos, salen elegidos por el Pueblo y venga Pueblo y venga chorizos morunos y todo lo que haga el Pueblo está bien hecho y mientras el iluminado de izquierdas, se instala cómodamente en su silloncito de diputado.
Por tanto, por otro lado tampoco soporto a los que van de fariseos, sí, esos señores que se visten de izquierda y cuando en realidad, solo aprecian la pasta en su bolsillo y por eso, acaben siendo descubiertos, digamos que por su choriceo. Y ya entrando más en mi terreno político, tampoco soporto a los dogmáticos de izquierdas, a esos que les pones una consigna delante de sus narices y empiezan a ladrar y a morder como perros rabiosos, vamos que si tú opinas lo contrario que ellos, eres un contrarrevolucionario o eres un vendido a la casta y de ahí no salen. Ya conocéis el esquema, o eres bueno o eres malo y punto.
También hay los que se creen salvadores del Pueblo y porque creen que el Pueblo es medio tonto y por tanto, que necesita del poder de su iluminación y entonces y haciendo un salto demagógico adulan todo lo que lleve la palabra Pueblo y se llenan la boca con ella y quién no la diga, pues es un traidor a la causa. Y ellos siempre hablan de Pueblo, pero al Pueblo lo quieren para que les voten y así ellos, salen elegidos por el Pueblo y venga Pueblo y venga chorizos morunos y todo lo que haga el Pueblo está bien hecho y mientras el iluminado de izquierdas, se instala cómodamente en su silloncito de diputado.