ESTOY CANSADO DECIRLE AL VIENTO


Estoy cansado de decirle al viento, 
que me hable,
que me cuente historias del más allá,
y del otro lado del mundo,
que me cuente, que me diga,
que me narre, que me escriba,
que me silbe al oído palabras bonitas
y si algo no entiendo
que tenga paciencia conmigo,
mi ritmo vital es circadiano
en cambio el suyo
 a veces es calmo
y en otras 
es tempestuoso, huracanado y ciclónico.

 Por tanto yo tengo mis horas bajas
y mis momentos peores,
y no pretendo cambiarme sin necesidad de ello,
ni pretendo ser mejor que nadie,
ni siquiera me gusta cabalgar triunfante en un corcel
por las calles de mi pueblo.

Y prefiero el tedio del silencio
a las grandes avenidas en las que viven hormigas,
me gusta el silencio de la noche,
pero no me gusta y para nada, 
el silencio de los corderos.

¡YA VEREMOS!


A veces me gusta intentar arreglar el mundo, el gran mundo, el pequeño y el ínfimo que gira a mi alrededor. Me gusta hacer algún pinito por ese terreno tan árido y tan falto de riego. Primero tengo que aclarar, que yo no tengo la solución definitiva de nada, ni lo pretendo y porque el que dice que la tiene nos estará mintiendo como un bellaco. Yo no creo en milagros ni en falsos elixires fantasmagóricos que lo curan todo. Odio los absolutismos que nos sentencian de por vida y que nos quieren hacer fieles corderitos obedientes que solo balan y que acuden a la voz de su amo y sin rechistar. Los fieles y los obedientes de fe, que se queden dentro de sus sagradas iglesias y que se confiesen o que comulguen lo que mejor les apetezca, pero a los que no creemos en nada religioso, ni espiritual y en ello entra el cielo y el infierno, los santos, los cristos, los demonios, los anticristos, las vírgenes, las apariciones, lo místico religioso y alguna más que ahora mismo se me olvida...pues repito, que los que van de esa vaina religiosa que pasen de nosotros y que no nos impongan sus sacrosantas procesiones y sus grandes misas televisadas en la tele pública. ¡Basta ya!. 

Y sino que se presenten a las elecciones y si ganan, me tendré que joder, pero sino ganan...para que contaros...les dejaría de espacio, la iglesia y su patio interior y una sola calle cortada para pasear a sus iconoplastas figuras de santos siempre bien acompañados por sus palmeros. Son rancios y ácidos y sobre todo son antiguos e imponen si les dejas un centímetro de espacio de aire y porque te lo bendicen. Los que viven de verdades de fe tienen esas cosas y no pueden entender que hay otras alternativas en la vida. Yo piso éste suelo y que además yo lo declaro, como sagrado y porque llevo el arte dentro y la religión es mi sangre y la vuestra en cambio, es sangre atea o asquerosa sangre de perro famélico, descreído y desvaído. La fe ha hecho tanto daño a lo largo de los siglos, que ha pasado que muchos cerebros que se han quedo reducidos y encogidos como una avellana. Yo no puedo con esas deidades que te rompen los huevos o que te aterrorizan a base de miedos y pecados capitales. ¿Confesarse?...se va a confesar otro.

 Acaso ese pedazo de santurrones que llevan el demonio debajo de su sotana, han condenado con todas sus fuerzas a toda esa manada de curitas pederastas (que han sido miles) ¿Los han condenado como toca?. ¿Los han repudiado y castigado?. Pues no y además hasta algún curita con cara de abusador de niños nos dice con todo su desparpajo: "es peor un aborto que un abuso de un menor."...y porque está la muerte por el medio. Sin comentarios y yo no soy de armas pero un tiro en la sien sería lo que le correspondería o más simple una condena de por vida y antes cortarle los huevos para siempre y Amén.

 Estoy tan harto de que se juegue con las palabras y cuando nos quieren vender la moto de una iglesia para y por el pueblo y entonces nos hablan de que la iglesia está al servicio del pueblo y cuando les interesa lo contrario, entonces nos dicen que tanto los ricos como los pobres somos iglesia y sobre todo, que hay que saber perdonar (los pobres, claro) a los que nos explotan y nos oprimen. Pero yo no, yo no olvido y perdonar...¡ya veremos!. Y puede que me olvide de ellos cuando estén encadenados y encarcelados de por vida en un cárcel sin muros y sin rejas.

EL LUGAR MÁS APARTADO DEL MUNDO


Me imagino el lugar más apartado del mundo,
frente al mar
o mejor dicho, 
frente y al lado del mar.

Me imagino un pueblo en el fin del mundo,
bonito y bello,
pasa un perro casi famélico por una calle desierta,
sopla algo de viento,
puede que sea viento del sur
y porque traerá lluvia (como casi siempre).

El pueblo tiene dos bares,
uno abre pronto y se encarga de los desayunos
y el otro cierra tarde
y se encarga de emborrachar las noches.

Tiene un ayuntamiento que da más pena que gloria.

Al lado de mi casa 
tengo un hermoso cementerio
que los paisanos se cuidan de tenerlo un poco descuidado
pero para mi, 
sigue siendo igual de entrañable. 

La luz en el fin del mundo se apaga con frecuencia
y hay que tirar de velas y linternas de los chinos.
Llueve a mares y a ríos,
y el festival de la lluvia empieza en septiembre
y se cierra en junio
y venga a tirar de leña y de moral...

Cualquier resquicio de sol
es una nueva y gran celebración
y da para salir a la calle a estrenar algo de ropa,
lo que sea o lo que se puede...

El invierno es muy largo y desapacible,
primavera corta
verano casi inexistente, 
otoño de hermosas setas y mejor colorido.
pero de paso rápido.

Luces pocas
sombras muchas 
paisajes bestiales y bravos, 
se augura tormenta como casi todos los días,
tormenta, 
cortes de luz,
cocinar a oscuras,
encender la chimenea como se pueda,
dejarla encendida y hasta el día siguiente,
levantarse con el frío húmedo en los huesos,
pensar que fuera debía salir el sol,
pero el sol se ha vestido de gris amenazante,
y lloverá
y claro que lloverá
y lloverá como llovió siempre,
a mares y a ríos...
Mientras se van encendiendo las luces del pueblo
y más o menos en éste orden:
el ayuntamiento se enciende lánguidamente,
el juzgado que lo juzga todo, le sigue
el centro de salud, (que es donde yo trabajaba)
la luz del bar de la mañana lleva toda la noche encendida,
será una especie de reclamo.

El café es malo de condición
las tostadas salen medio quemadas,
ahora bien,
 las vistas del mar eran y son alucinantes
y se puede desayunar entre graznidos de gaviotas
y bocinas de barcos...

Y ya camino a mi trabajo
observo la pequeña belleza de éste pueblo,
tiene un hórreo precioso en el medio del pueblo,
una iglesia románica
y cuatro casas acristaladas que le dan señorío.

Lo demás del pueblo es:
dos calles largas cruzan todo el pueblo
y de lado a lado y a lo largo,
un pequeño puerto pesquero 
muestra que parte de el pueblo vive del mar
y que la otra parte, vive del cuento,
pero nadie dice nada
y mientras el señor alcalde
habla de la tierra de los mil ríos
(se refiere a mi Galicia natal),
pero esa bonita frase dicha con la repetición de un martillo pilón,
llega a desquiciar a cualquiera,
pero todo cuadra
si nos imaginamos que estoy viviendo
en el lugar más apartado del mundo o casi.

(Se llama Corcubión y sito en "A Costa da Morte", Galicia)

AQUELLOS TIEMPOS...



¿Diseñado para matar?...
no, estoy seguro que no,
ahora mis balas se quedaron sin fuego,
y mis revólveres no llevan muescas,
ahora no mato y solo vivo,
ahora quiero y no uso sombrero,
ahora amo cuando puedo y quiero,
y no voy dando abrazos como terapia.
Yo soy más del poco a poco
y ahora un pequeño roce y después, un escalofrío,
y ahora un suave beso 
y después, un temblor especialmente bueno,
y ahora dame tu mano 
y llévame por los senderos de un bosque mágico.
No...no nací diseñado
y  menos para matar a alguien,
nací en un día del mes de febrero
pero no me pusieron diseño,
era un día frío hasta el tuétano,
y mi primera visión se llamó ría de Vigo
y el mar fue mi primer aliado...
¡mar de mi ría de Vigo!,
y mis primeros 17 años de vida,
los pasé mirando al mar desde la orilla, 
playa, pinos, marea baja,
olores a algas, 
chirridos de aquél viejo tranvía,
partidos de fútbol sobre la arena mojada,
paseos con mi perro por la playa,
tardes con mi primer gran amor,
bailes a la sombra de los pinos,
promesas de amor eterno,
que después, no sé cumplieron
besos sin partituras y fuera de normas, 
pieles erizadas con la suavidad de los dedos,
manos buscadoras de tesoros ocultos
y allí en donde florecía el sexo.
Tiempos de contar historias
y hacer de aquellas historias, verdades burbuja...
Y claro...
 yo no pensaba que se acabaría el verano,
pensaba que llegaría Septiembre con su magia otoñal
y que tú y que yo,
nos despediríamos hasta el día siguiente...
Tuvieron que pasar más de 40 años 
para encontrarnos de nuevo
y bonito no... lo siguiente
la pena de verdad,
es que ésta última vez 
tampoco cuajó esa bella historia
y puede que dentro de otros 40 años
nos volvamos a encontrar en la misma playa de la ría de Vigo,
rondaremos los 100 años y se nos habrán caído los dientes
pero para dar besos ¿para que hacen falta los dientes?...

JULIO CORTÁZAR