
Asustado estoy
y estoy asustado,
y creo que seguiré asustado,
pero también tengo que decir que...
que tengo mis armas,
mis armas forjadas en la lucha diaria,
que tengo mis balas huecas que explotan en el aire
y por supuesto, que no matan
e insisto, que no matan, ni matarán nunca,
la vida está por encima de todo
y aunque yo me siente en el tejado a contemplar el mundo,
tengo a la vida por encima de mi
y mi ego (que es enorme pero también es agradecido)
mira hacia ese Cielo
e implora que llueva para que se acabe mi fuego.