¡SIEMPRE VOLVÍ!

Como si yo fuera a ganar algo con ello,

como si la vida me dijera

sigue...no te pares...

y yo he seguido esa senda,

a veces me he parado y me he dedicado a sentir,

después, llegó la tormenta de sentimientos

y por último el volcán se apagó dentro de mi

y siempre me dije

no volveré por aquí, 

pero tarde o temprano,

¡siempre volví!

quizás, por mi curiosidad de gusano,

quizás, por mi ferocidad de felino,

o quizás, por mi estupidez de humano...

por todo ello...

 ¡siempre volví!.

ADORO...

                      Hoy es Sábado y todo el día. Y hoy es Sábado 14 de Septiembre y va a ser mi primer día de reingreso en el trabajo después de 14 días de vacaciones (que por supuesto, han sabido a demasiado poco). Hoy estoy localizado por el móvil y por si me tengo que llevar en el avión a alguien jodido y bien jodido y al hospital de la Isla mayor (Mallorca). Esperemos que no y porque eso indicaría que no hay otro nuevo jodido o tan jodido con necesidad de ser trasladado. Se me entiende ¿no?. O estoy demasiado espeso, denso, nublado y patoso...Denso estoy y porque hoy dormí de esa forma en que nunca se debiera dormir y me desperté 100 veces y en unas escuchaba como la lluvia atizaba con fuerza y destreza las tejas y en otras, oía al poderoso viento dando portazos y silbando canciones para los que no duermen, como yo y entre medias yo meando como un descosido, meadas que no eran humanas y eran de animales prehistóricos (por lo menos de dinosaurios), porque creo que ésta noche de autos he meado los dos Riñones, la Uretra, la Vejiga y el Hígado. 

                       Aún no logro entender de donde coño ha salido tanto líquido y con ese chorro tan prolongado en el tiempo. A veces no sé, ¿no tenéis la impresión de haber meado mucho más que lo bebido e ingerido?. Pues yo esa misma preocupación la tuve ésta noche y volvía a la cama y no paraba de darle vueltas a ese asunto. Estaré meando los Pulmones y después, vendrá el Cerebro diluido en medio de una balsa enorme de urea, ácido úrico y ácido clorhídrico.

                      Hoy es Sábado y es un Sábado atípico, porque así lo he decretado. Hoy según los vaticinadores del tiempo tendría que ser un día despejado y así como el otro día rompí una lanza a su favor y porque en general aciertan con sus pronósticos, pues hoy va a ser que no. Hoy, día nublado y lluvioso. Día caluroso de denso sudor. Hoy observé como las primeras hojas empezaban su proceso de transformación hacia el denso ocre amarillo otoñal. Claro que se acerca el día 21 de septiembre que era cuando yo decretaba la llegada del otoño y ya podíamos estar a más de 30º C (en Galicia no, pero en Cádiz a esas alturas del mes, era fácil que eso ocurriera)...que a mi me daba exactamente igual. Yo encendía mi chimenea y así quedaba inagurada la temporada otoñal. Claro que al rato, había que abrir todas las ventanas y puertas de la casa y porque del calor que hacía, no se podía ni respirar. Tengo que decirlo claramente, a veces (yo creo que muchas y demasiadas veces) me pueden las ganas. Y mis ganas porque llegue el otoño son especiales y son muy impulsivas y compulsivas. Adoro el otoño tanto como adoro la vida.

HAY...

Hay telarañas en el techo

y en aquél rincón olvidado de la mano de dios,

que ahora, por lo que sea,

 no soy capaz de ver...


Hay marcas de neumáticos en el arcén

y muertos en la cuneta

creo que, de aquél ayer...


                                                                       Hay máquinas del tiempo

                                                                               que miden el destiempo

                                                                     y también, las ganas de querer...


Hay horizontes lejanos

y polizontes cercanos,

y hay miedos que se disfrazan de valientes soldados

y hay valientes que perdieron el norte antes de vencer

y ahora aún siguen buscando su razón de ser...


                                                                       Hay días que nacen muertos,

                                                               hay otros que se adivinan vivos aunque heridos,

                                                y hay algunos que asoman entre los dedos de su mano nublada

                                                                      y en los que tendría que llover...


Y hoy tengo ganas de coger el día

y lavarlo con la lluvia del amanecer...

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...