
Y cuantas veces me digo,¡ tío vuelve a empezar! y empieza de nuevo y desde cero. Creo que millones de veces y no sé si me entra el vértigo o que a éstas alturas de la película, me he vuelto un puñetero vago o simplemente un pragmático de mierda. Porque es verdad que volver atrás no es fácil y más cuando el pasado no siempre fue risueño y agradable, aunque hay que reconocer, que hubo sus momentos buenos y fascinantes y si se suma, que el pasado a veces te atrapa entre sus dudas, pues el resultado no es muy claro. Vamos, como para meterte en dudas existenciales y en rompecabezas nunca resueltos, pues para eso uno prefiere la quietud de cada día y el mareo de las noches.
Todo esto suena a surrealismo bestial y descarnado, a surrealismo del otro lado del cerebro y desde este sueño desde que os hablo, yo proclamo mi independencia y desde hoy os digo, que dejo mi pasado enterrado y que doy por finalizado mi viaje introspectivo. Sí, desde hoy sólo hablaré del presente y del futuro inmediato y también del futuro irrealizable, pero nunca y nunca es nunca, volveré a las profundidades anteriores. Lo que no resolví, ahí se queda y se quedará ahí para siempre. Suena a conformismo, pues puede. Suena a pragmatismo y con razón suena a ello y es que es pragmatismo condutista, lo que me hizo daño no quiero revivirlo de nuevo, pues duele y quema y por tanto hace daño. Lo que queda por delante son interrogantes, pero interrogantes no viciados ni maltratados y retorcidos por el uso. Lo que queda por delante es mucha ilusión y entusiasmo y ganas, muchas ganas de dar pasos y de avanzar hacia no sé donde, pero eso nadie lo sabe.

Yo tengo respeto a lo que no conozco y también a lo que me parece muy lejano y ese respeto me hace entender como las cosas funcionan o por lo menos intuir su funcionamiento, pues para ello tengo una buena experiencia acumulada, como se dice, una mochila que cargan mis espaldas y esa experiencia, me ayuda a diseccionar los pensamientos. Los pensamientos, las ideas, los sueños, son tres partes del ideal que queremos o que debíamos querer y por tanto y en su conjunto conforman nuestros ideales o quimeras. Qué sería de una quimera sin un proceso de pensamiento o sin la luz de una idea o sin el surrealismo de los sueños, pues no sería nada, sería como un faro apagado y por tanto un faro que no sirve para nada. Sueño sí y sueño despierto, pues también y ¿ hay algo de malo en ello?.

Al que le haga mal pensar, sentir, reír, llorar, idealizar, soñar y disfrutar, que se analice a fondo, pues puede que esté más muerto que vivo, pues aunque ande y coma, si no siente ni sueña, es probable que se haya convertido en un zombi o en un muerto viviente. El hecho de ser persona, no lo determina que uno tenga un cuerpo, lo determina la conexión que tiene entre su alma y su cerebro y de esa interconexión y de su buen funcionamiento, dependen que las personas sean más o menos personas o sea, que sean más o menos humanas. Un buen cerebro y bien conectado a un alma limpia y sensible, hacen la persona perfecta, si es que la perfección existe, pero si existe, por ahí tienen que ir los tiros.
Un día no sé quién me preguntó: ¿que hace falta para ser buena persona? y le dije sin pensarlo, que no hacían falta tantas cosas, pues con sólo pensar, sentir, amar, idealizar y soñar, con eso era más que suficiente. Y esto parece sencillo y uno lo lee o lo oye y se dice, pues nada chaval, ¡adelante! y eso es lo que estoy haciendo, darme ánimos de querer ser una buena persona y por supuesto lo hago extensivo a todos los demás. Es sencillo de decir y es sencillo de hablar y de escribir, pero las cosas se complican y lo sencillo se vuelve complicado, pero para eso estamos, para recordarnos día sí y día también, que lo sencillo lo es mientras tanto no queramos complicarlo. Y lo más sencillo y mientras no se demuestre lo contrario, es ser una buena persona o por lo menos, una persona más humana.