Todos nos medimos
y tratamos de calcular nuestro tiempo de existencia
como mejor podemos
y un cálculo puede ser aproximado,
aunque en realidad sea equivocado
o puede ser acertado y porque ha dado en plena diana.
De todas formas,
la mayoría de cálculos son equivocados
y por ejemplo, si quieres calcular a que edad te vas a morir
a los 15 años, dirías que a los 60 es tu hora de marcharte al otro lado
y a los 60 años, ya piensas que mejor será en los 80 o 90
y si pudieran ser más, pues mejor.
Lo que es una regla universal
es que todo dios quiere vivir más
y el que diga lo contrario, es que miente
o está padeciendo una enfermedad terminal e incapacitante
y donde el dolor inhumano preside su vida
pero en este caso en concreto, esa no es vida ni nada parecido
y por eso vuelvo a los vivos y a su deseo de seguir viviendo
y creo que ese deseo lo llevamos escrito en las genes.