"Ternura" del pintor Ecuatoriano Oswaldo Guayasamín
"Mi pintura es de dos mundos. De piel para adentro es un grito contra el racismo y la pobreza; de piel para fuera es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir. "
Decir que me quedan cuatro telediarios
se aproxima bastante a lo que un día pensé...
solo que después rectifique y me enmendé
y porque no me quedaba otra
y porque el instinto de supervivencia
tiene más vidas que un gato...
Mientras rascas la corteza de la muerte
una araña sube a través de ti
y te produce una nube gris
que te intoxica y te aturde
y mientras tanto
los pies se te van muriendo
y las rodillas se entumecen por lo que les va a venir.
El proceso muerte
a veces es progresivo
y sube por dentro de los huesos y articulaciones
se mete en el fondo de los ojos,
te acuna como si fueras un niño prematuro
y sin apenas darte cuenta
está durmiendo contigo.
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LETANÍA PARA LA SUPERVIVENCIA
Para aquellas de nosotras que vivimos en la orilla
de pie al filo constante de la decisión
crucial y solitaria
para aquellas de nosotras que no podemos permitirnos
el sueño pasajero de elegir
que amamos en umbrales yendo y viniendo
a todas horas entre amaneceres
mirando adentro y afuera
a un tiempo antes y después
en busca de un ahora que pueda engendrar
futuros
como pan en la boca de nuestros hijos
de modo que sus sueños no reflejen
la muerte de los nuestros;
para aquellas de nosotras
a las que marcaron con el temor
como una leve línea en el centro de nuestra frente
que aprendimos a tener miedo con la leche materna
pues mediante esa arma
esa ilusión de que se puede alcanzar cierta seguridad
los torpes tenían la esperanza de silenciarnos
Para todas nosotras
este instante y este triunfo
No se suponía que fuéramos a sobrevivir.
Y cuando sale el sol tememos
que no permanezca
cuando el sol se pone tememos
que no salga por la mañana
cuando nuestro estómago está lleno tememos
la indigestión
cuando nuestro estómago está vacío tememos
no volver a comer jamás
cuando nos aman tememos
que el amor se desvanezca
cuando estamos solas tememos
que el amor no regrese jamás
y cuando hablamos tememos
que nuestras palabras no sean escuchadas
ni bien recibidas
pero cuando callamos
seguimos teniendo miedo
Así que es mejor hablar
recordando
que no se suponía que fuéramos a sobrevivir
“Letanía para la supervivencia”, 1978.
Poemas completos de Audre Lorde, W. W. Norton & Co., 1997.
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús
Foto: Audre Lorde en Staten Island.
Salitre
Qué efímera la fruta
su paciencia elegante
su morir oxidado
¡Cómo pudre todo lo vivo!
ablandándose y ennegreciendo
retornando al inicio protector
caricia del árbol primogénito.
Qué cínico el silencio
ante el pulso de la voz,
verdad solemne e imperiosa,
voraz e irrefutable
de la descomposición.
Qué perversas las palabras
aquellas que no acuden
por el capricho de no quererse decir,
construyen paraísos de arena
desafiando su naturaleza indomable.
Qué risueña la tarde
que en su apetito dormido,
se deja hacer
camino de la nitidez oscura
sin retorno.
La muerte es salada
como una lágrima,
en su alegría pequeña revolotea
la mariposa
así de sencillo es.
Andrea Espada
"Escribir - decía Julio Ramón Ribeyro - es como hacer el amor: una cosa brutal, fatigante, en la cual morimos y renacemos".
ENVIO (RECADO)
Sé que lo que mamá quiso decirme antes de morir
era que odiaba la vida.
Odiamos la vida porque no puede vivirse.
Y queremos vivir porque sabemos que vamos a morir.
Pero lo que tiene un núcleo sólido —piedra, o hueso,
algo compacto y tejido apretadamente,
que pueda pulirse y modificarse con un ritmo diferente
al ritmo de lo que pertenece a la muerte—
no puede morir.
La voz que escuchamos sonar desde dentro es incomprensible,
pero es la única voz, y no hay más que eso,
excepción hecha de las caras vagamente conocidas,
y de los soles y de los planetas.
Me parece muy justo que mamá odiara la vida.
Pero pienso que si quiso decírmelo antes de morirse
no estaba tratando de hacerme una advertencia
sino de pedirme una refutación.
Juan José Saer
Sábado, primer sábado después de mi cumpleaños que fue el día 5 de febrero y ese día el mundo tuvo la mala suerte de saber que en una esquin...