MANÍAS (Microrelato)

Duna de la playa de Bolonia (Tarifa)
Hay muchas cosas que me dan asco o que me dan grima o que ambas cosas se mezclan. Me dá grima o dentera el ruido del roce entre metales y que producen ese chirrido tan característico. También, las uñas que rascan un cristal y sobre todo el aullido que de vez en cuando produce una tiza en la pizarra. Después puede haber ruidos más molestos que otros, pero esa grima tan grimosa sólo me lo producen estos. También hay ruidos y maneras, que me producen más asco que dentera. Por ejemplo, el que lleva un palillo de dientes en boca y que de vez en cuando lo saca, para concentrarse en la tarea de buscar un resto perdido entre sus dientes o muelas y para rematar la faena y una vez que ya consiguió su presa, se pone a contemplarla, para a continuación escupirla. Hay otra costumbre que me hace subir la vomitona y es la de sorber los mocos a fondo para después tragarlos sin más o escupirlos de cualquier manera, aunque prefiero que los escupa antes de tragarlos. A otro nivel inferior, pero que me cuesta soportarlo, están las personas que comen enseñando lo que comen y que suele acompañarse de los ruidos de su masticación. La vista de la comida masticada y el ruido que produce, me dan arcadas que me cuesta controlar. Me desquicia las personas que están todo el día en bata de casa y también en chandal, me da una impresión de persona sucia y siempre pienso, que duermen con el chandal y se levantan con el mismo y claro, sin que tenga cabida en el medio una simple ducha y por supuesto menos un cambio de ropa interior. No soporto las personas con olores corporales, el olor a sobaquillo y el olor a poza de su boca y por supuesto el olor rey entre todos los olores, el olor a pies, a pies sudados mezclado con hongos, ese olor a esencia de huevo podrido. Después, el resto de costumbres no me molestan sobremanera, me pueden gustar más o menos, pero los tengo dentro del rango de soportables. Si no fuera así, tendría que reflexionar si la lista podía ser demasiado larga y entonces entraría en terrenos enfermizos. Sería ya entrar en ser un maniático, que se diferencia y mucho de tener tús manías. Y éstas, las manías, las tengo y las reivindico, y cada uno debe de reivindicar las suyas, bueno cada uno es libre de querer hacerlo.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...