Si llama la muerte
dile que se vaya,
que quizás mañana o pasado o dentro de un año
e insiste y dile que quizá.
Dile que tengo deudas de juego,
que no acabé éste poema que ahora escribo,
que tengo mucho pero mucho de que hablar,
que tengo hijos que mantener y cuidar,
que aún me quedan resuellos de oxígeno y energía,
y que siempre y a pesar de todo,
siempre he querido seguir viviendo.
Dile que hoy estoy aquí
y puede que mañana esté en el fin del mundo.
Dile que me quedan muchos pasos por dar,
que mis lágrimas están secas de soledad...
pero aún así y todo
puedo mirar.
Y dile y que no se te olvide
muerte espera,
que la vida no es eterna
y que todo llegará.


