LA VIDA TE PONE EN EL BORDE DE LAS COSAS

La vida no alza sus brazos y te dice

ríndete conmigo,

la vida te pone en el borde de las cosas

y te enseña los precipicios

al mismo tiempo te pasa una mano por el hombro

y te vuelve a decir

ahora escoge:

- quieras la cara A,

 la cara brillante,

con luz solar y mesilla de noche,

- o quieres la cara B,

la cara oculta y oscura,

la que no se ve ni del revés,

la que se esconde entre interrogantes,

- o prefieres andar entre las dos caras

y algunas vez andar por la cara brillante

y otras veces y para no ser menos

descender al agujero negro de la cara oculta...

pues en concreto yo,

soy de la tercera opción,

me gusta y me encanta lo negro,

admiro la cara oculta de la luna

y al mismo tiempo,

adoro la claridad espasmódica y nítida,

la que corta y hiere...pero que nunca mata.

DE RODILLAS PARA ARRIBA

De rodillas para abajo,

soy saltamontes,

de rodillas para arriba,

soy un ente un tanto anquilosado,

al saltar me duelen las muelas y el cerebro,

y hasta los tornillos se cambian de sitio

y al final, acabo desarmado

y sin tiempo oficial para sacar la bandera blanca,

es decir, me rindo por cansado y extenuado,

sin condiciones, ni pactos en el último suspiro,

salgo con mis brazos levantados

y mirando al cielo despejado

escucho una voz lejana que me dice

¿te rindes?

y yo le contesto

¿qué remedio?

y me rindo a bote pronto,

sin cura, sin remedio, sin despedida de por medio,

me entrego sin alzar la voz de los muertos,

en silencio y sin mover un dedo,

me entrego a ti porque no tengo donde caerme muerto,

hace tiempo quise ser alguien

y me he quedado en lo que ves, 

en una radiografía de huesos con algo de carne,

para caldo podía servir,

para caldo o sopa de letras,

para un arreglo o como un relleno.