LOS SUDORES

                               Hoy sábado sabadete y segundo día de vacaciones. Día nublado y fresco, un maravilloso día y es que cada día que pasa, soporto menos el sol, el sol fuerte del verano y sobre todo lo que no soporto y me saca de quicio, es la humedad reinante, esa humedad espesa que se pega a tu piel y te hace sudar a chorro por todos tus poros. Hoy es sábado y los sábados son especiales y ¿Por qué lo son?, pues porque yo lo digo y es que en realidad, no sé porque son especiales. Lo son porque yo así lo siento y cuando se habla de sentimientos, no hay nada más de que discutir. Y ahora a currar, que ya está bien de hablar.

                               He vuelto después de tres horas intensas y sudorosas y no envuelto precisamente de sudores ardientes y pasionales, sino de sudores de sobaco proletario, olor ácido y rancio o a meado de rata. Lo de lo sudores no lo soporto, no soporto su tacto húmedo y pegajoso, su olor a churrasco de intestinos y su sabor salado y agrio. El único sudor que admito como agradable es el sudor del follar, donde se mezclan sudores con cuerpos fundidos, donde los olores corporales se rebujan con las esencias amorosas. Y debe ser por el instinto, pues follar es animal e instintivo y un poco o un mucho de animales nos hacemos: nos tocamos y palpamos, nos olemos como animales en celo, nos intercambiamos saliva, nos comemos el uno al otro y suspiramos y gritamos como auténticos cerdos que huelen su matanza.

                             Y ¿ es esto humano?, y ¿ es civilizado?, o ¿aquí perdemos los papeles?, pues si los perdemos, nos volvemos ciegos de deseo, nos convertimos en pirañas de carne, en lobos, en hienas y en definitiva en animales salvajes. Para después de culminar el acto sexual, volvernos a nuestra realidad humana y cotidiana, vamos a la triste realidad. Pero mientras duró la fiesta, nos hemos dado un viaje del carajo, un viaje al otro lado, al otro lado del instinto y hemos sido auténticos animales desatados. Y el sudor forma parte de esa fiesta, es el flujo que ayuda a acariciar el otro cuerpo y junto a su olor ancestral, ayuda a que uno se excite más y más y más. Uy!! hablando de esto, como me estoy poniendo, tendré que darme una ducha fría de inmediato y calmar mis ánimos guerreros. Es mejor pensar que aún tengo faena pendiente y que hoy es el último día, pero la pajita que me he echado mentalmente no me la puede quitar nadie. Joder, ¡como estoy sudando ahora!.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...