
Y nada de nada, y es que el frío me abraza entre sus malditas brazos y me está dejando tieso y aterido. Y son las 5 de la tarde y ya tuve que encender mi estufa de leña. Y sé que afuera hace frío y dentro de mi casa también, pero yo tengo agudizada la sensación del frío. Hoy tengo frío interior y tendría frío incluso en el Caribe o en el desierto del Sáhara, y tendría frío también dentro de una caldera de agua hirviendo. Frío y escarcha y unos cuantos témpanos de hielo, hoy es mi material de construcción.
Bueno mejor si me olvido un poco del frío, porque sino me emparanoio y ya no salgo de ese círculo vicioso. Ahora pensaba en clave romántica y me apetecía decir cosas bonitas a alguien y declararle mi amor a esa persona que ya no existe. Quizá más adelante encuentre mi alma gemela, aunque no me gusta la palabra "gemela", pues da pie a malos entendidos, pues yo no quiero un alma igual que la mía. Yo quiero un alma que me atraiga y que me guste y aunque sea totalmente diferente a la mía.
He exagerado un poco, con lo del alma totalmente diferente, ya que tampoco es eso, pues también quiero tener puntos comunes y que nos unan. Pero yo lo que quería decir, es que no es fundamental el tener la misma interpretación de la vida, es más si hay algunas contradicciones mejor, pues le dan más salsa a la vida. Es como con la belleza de una persona, se pueden tener prototipos, todos los tenemos, pero esos prototipos no son fundamentales. Después resulta que la persona que quieres, no cumple ni un solo requisito de tu prototipo. Y entonces, si no hay ni una cosa ni la otra, ¿qué hay?.

Quizá sea que estamos acostumbrados a ver a las personas de frente y en una sola perspectiva y nos olvidamos que todos tenemos un anverso o una cara oculta y que a veces ni nosotros mismos la conocemos. Y ese es el factor que no se tiene en cuenta, que empiezas o conoces a una persona por lo que es y por lo que aparenta y no por lo que realmente es. Y si ese lado oculto te resulta atractivo, pues sigues tirando del hilo y porque ya has mordido el anzuelo, el anzuelo de la atracción. Claro que a esto se le puede llamar alma, el alma de un persona, pero sea como se llame, viene a decir lo mismo.
También pasa al revés. Que en principio te sientes atraído por alguien y a medida que vas profundizando, te das cuenta que no hay mucho más debajo de su coraza y por tanto, emprendes la retirada. Y si eso pasa por tu cabeza, es mejor retirarse en ese preciso momento, porque sino esa relación pronto se convertirá en una soga que te ahoga. Y todo esto no lo digo porque sí, lo digo porque a mí me ha pasado y tampoco lo digo como un consejo de nada, solo lo hago porque a mi me gusta reflexionar en alto.