Fumar es una mierda y para recordarlo tenemos una gran lista de efectos nocivos: provoca cáncer de pulmón, obstruye las arterias, causa embolias paralizantes, jode los dientes y la boca, ayuda a la impotencia y no sé que más...Yo soy fumador y por tanto soy un gilipollas más en la tierra. Y quiero dejar de fumar porque estoy en la edad en que sus malos efectos se empiezan a pagar: se me obstruyen mis arterias periféricas, más en concreto las de mi pierna derecha. Soy un impotente fumador, pues fumo rendido, fumo como si fuera imposible dejar de fumar. Muchacho deja de fumar, me digo todos los días, pero no me oigo, no me escucho o no me quiero entender.
Dejar de fumar es como dejar de querer, tú dices que lo has dejado pero sigues queriendo igual y cuanta más intensidad pongas en el asunto, más deseos te entran de fumar. De hecho estoy hablando de esto y ya tengo un cigarrillo encendido. La verdad es que llevo más de 40 años fumando, yo creo que 45 y esa dependencia se ha convertido en vital, porque poco a poco se fue colando entre mis funciones más vitales. Y ahora no es una dependencia más y es como un apéndice más de mi cuerpo, como una nariz o como una oreja.
Sólo me queda probar el método de la hipnosis o sea, que me laven el cerebro y con el mejor champú. No me queda otra. El problema es encontrar en ésta pequeña Isla a alguien que te pueda y quiera lavar el cerebro, digamos mejor, de una manera efectiva y eficiente, porque payasos imitadores hay en abundancia. Hipnosis y ya está, aunque también es verdad, que me suena a algo de comodidad.