
Y ahora al final de mes, nos joden otra hora del día y va anochecer casi después de comer. Bueno, justo a las 5 y media de la tarde. Claro que el que vive enquistado en su puta casa sin salir nunca, le dará igual la hora de cierre del día...y vamos a ver, a mi me daría igual si hiciera el frío suficiente para tener que encender mi estufa de leña y porque lógicamente estaría pegado a su lado. Pero no es el caso y porque seguimos sudando por las patillas abajo. Y con los tiempos que corren no es y no debe ser motivo para despilfarrar leña, porque no hay que desperdiciar energía y porque la leña sale bastante cara y además, da mucho trabajo. Nada sale gratis en ésta vida y menos si vivimos bajo un sistema capitalista hasta la médula. Todo se compra, todo se vende y con todo se trapichea, sólo que algunos lo hacen a pequeña escala y en cambio otros cotizan en bolsa y porque lo hacen en plan grandioso (son los grandes chorizos que se mezclan con los grandes bancos, siendo éstos, más chorizos que los anteriores).
Decía el otro, hace unos cuantos años el intermediario casi no pintaba nada y en cambio hoy en día es el puto amo. Se llama, la mafia del intermediario o la llamada "Amazón" entre otras. Ahora mandan las multinacionales en plan descarado. Antes, lo disimulaban un poco y en cambio ahora, sacan pecho y dicen, aquí estoy ¿y que pasa?. El consumidor, que somos nosotros, se ahorra una pasta comprando por Amazon y lo tiene al día siguiente y bla, bla, blá. Y no es una cosa ni la otra, ni es oro todo lo que reluce, ni yo quiero hundir al comercio local, pero tampoco quiero fortalecer más a las multinacionales ni que me estafen más los comerciantes locales. Aparte que yo o tú, no somos los árbitros de ésta película, nosotros somos los consumistas que para que podamos llegar a fin de mes (algunos llegarán mejor y otros peor y habrá otros que llegarán con el agua al cuello), tendremos que comprar lo más barato posible. Y ni por un lado ni por el otro...ni tontos útiles ni consumistas compulsivos...no sé, habrá que quemarlo todo y así empezaremos de nuevo (¡digo yo!).