
De repente se despertó, se despertó entre sudores y con ese hambre de aire. Se estaba ahogando, ahogando en su propia cama: No era la primera vez que le pasaba, ¡que va!, desde que tuvo la primera crisis, la secuencia fue intermitente, fases de crisis continuas y otras épocas apacibles, pero después siempre volvía. Hay causas le decía su médico, hay causas predisponentes o causas que favorecen, el aumento de peso, el fumar y sobre todo eso, el fumar a todas horas. Después y a un segundo nivel, la falta de ejercicio.
Bueno pues esa noche se despertó igual que las otras veces, necesitado de aire y cargado de angustia. Pasear nervioso y abrir la ventana y respirar hondo el aire fresco, pero el miedo seguía dentro. Y mientras respiraba aire, pensaba que no debe haber peor muerte que morir asfixiado, morir por hambre y falta de aire. El ,médico le había dicho que su dolencia tenía un nombre propio, mejor dicho tenía nombre y apellidos, Apnea del Sueño. Y que tenga nombre, parece que no, pero reconforta, por lo menos él no era el único bicho raro que se asfixiaba en su puta cama.
Poco a poco fue calmando su ansiedad, él pensaba que era el aire el que activaba los circuitos que regulan la calma . Calma y tranquilidad se repetía y respira con el diafragma y siente como entra y como sale el aire, siente a tus respiraciones. Ese mamtra lo repetía mil veces seguidas y mientras tanto pensaba en la primera vez que le pasó. Fue en una época ya muy lejana, cuando estaba acabando la carrera y bastante angustiado por sus estudios y en esa época le dio por fumarse un canuto antes de acostarse, pues hasta ahí le servía para relajarse.

Le sirvió hasta ese día, porque se asustó tanto, que se le aceleró el pulso y no le llegaba el espacio vital de su ventana. Salió a la calle angustiado y taquicárdico y pasaron horas hasta que el canuto desapareció de la sangre de sus venas. Después y en las siguientes crisis, ya no eran los canutos, pues ya no los fumaba, pero se sumaban otras circunstancias: el fumar como un loco, el estar hasta los topes de preocupaciones, el sedentarismo y el porqué le salía de los cojones a la Apnea presentarse.
Maldita Apnea, pensó. Y se acordó que el médico le había dicho que hay una pequeña máquina de oxígeno, una CPAP o algo así y se dijo y como siempre, ¿como voy a poder dormir con una mascarilla en la cara?. Y ya se olvidó de sus pensamientos, ya se encontraba mejor y más tranquilo. Por si acaso dobló la almohada, para dormir más sentado y se durmió de nuevo. Su último pensamiento fue que tendría que dejar de fumar y éste vez en serio, pero que eso sería mañana y mañana es otro día y ya veremos...