Sí,
nos comíamos la carne
y dejábamos los huesos,
lo nuestro era comer al día
y mañana
¡dios diría!
y sino no lo decía,
(que no lo iba a decir)
a pasar hambre y sed de justicia
en peores guerras habíamos estado,
por lo menos mentalmente y
filosóficamente
el hambre física era una quimera,
nunca habíamos pasado hambre
ni nos había faltado de nada,
con las espaldas cubiertas se luchaba mejor
y aquella emoción del vivir a escondidas
y de deslizarte entre las sombras de la noche,
era una emoción indescriptible,
acudir a citas clandestinas camuflado de miedo,
hacer pintadas a las 4 de la madrugada,
preparar cocteles molotov a las 10 de la noche,
observar como todo ardía bajo su explosión,
correr sin pensar que tenías pies
pies para que os quiero,
sino es para correr como el viento
y para después camuflarte de normalidad,
siempre había que decir...
vengo de casa y voy a la compra,
u hoy tengo clases y voy a llegar tarde
y así día a día,
con la misma constancia de un martillo pilón
y con el entusiasmo que sólo se tiene cuando la sangre te arde,
era la vida vista desde otro prisma,
era un mundo paralelo que intentaba subvertir el orden establecido,
más reuniones, más planificaciones, más manifestaciones,
y por aquí cortamos el tráfico
y en ese momento te toca a ti tirar el coctel molotov,
y piernas temblando y sudor frío hasta por dentro de los huesos
y por aquí tenéis la vía de escape,
escapar...
ahora bien si os cogen,
primero, estabais ahí de casualidad,
segundo, no conocéis a nadie,
tercero, pensar en la seguridad de los demás,
y si ya no podéis más,
por lo menos esperar 48 horas para cantar,
dar tiempo a los demás para escapar
y que la suerte os acompañe
porque la tortura estará servida
y eso os va a romper por dentro,
y efectivamente así fue
a mi me acabaron rompiendo el alma y el cuerpo,
del cuerpo, me recuperé rápidamente
y del alma durante años estuve buscando sus trozos,
había pequeñas esquirlas por todas las esquinas y rincones,
pero ya veis
con el paso de los años
fui construyendo mi nueva alma
y tiene muchas cosas de antes
y tiene algunas que poco a poco han sido añadidas,
vamos...
¡que soy un hombre nuevo pero no tanto!.