Y éste es mi Sábado noche, estar aporreando el teclado y no bailando como un loco por las discotecas. Y claro y ligando, ligando todo lo que se menea y ¡es que soñar despierto no tiene precio!, puedes ir a cualquier sitio que te plazca y además serás el rey de la fiesta. Porque la puta realidad es otra, me voy a una discoteca y no ligo ni a la invidente que vende los cupones y al final y por tanto intento, tengo que comprarle todos los cupones y ni por esas cae.
Aparte que en realidad nunca supe ligar y siempre fui muy patoso en ese tema. Pero no porque me entre la vergüenza, que esa nunca la tuve, sino porque en la conversación previa siempre me sale una coña marinera, de esas que dejas cortada a la fulana y entonces, ya se jodió el invento, pues la tía desconfía de ti y porque piensa que la estás vacilando. Y yo, que soy muy bueno, no sé como explicarle que no, que no es eso ni es lo que ella piensa, pero me resulta tan engorroso encontrar las palabras adecuadas, y al final, me callo.

Y es mejor así y porque ¿como puedo explicar que yo no soy así, pero que si lo soy en parte?. Para ligar yo o que me liguen, prefiero que me liguen, pues entre otras cosas me resulta más cómodo, tiene que haber conocimiento previo hacia mi persona y entonces la otra persona ya sabe como matizar mis exabruptos. O sea que no es tan fiero el León como lo pintan o que es como un perro ladrador pero que en realidad es poco mordedor. Es decir, que soy un pringao, que va de fantasma por la vida.