Las 7 de la tarde,
de nuevo las campanas acechan,
el silencio es la nueva ley de la calle,
por ello, vuelve el silencio,
y los adoquines se calientan al sol del mes de abril,
y los coches envejecen por parálisis permanente,
nada se mueve bajo ésta luz crepuscular,
ni siquiera yo me muevo de mi sitio,
soy parte de éste decorado,
soy ese tío sentado delante de su mesa,
soy ese tío que escribe y que de vez cuando, sonríe,
ese que se para un rato,
que se piensa,
que hace un gesto en movimiento,
que cambia su rostro
cuando toma una decisión,
que de nuevo escribe
y se lee y relee,
en fin,
soy ese tío que se raya tras la ventana,
y ni soy dios, ni soy el demonio,
tengo mis neuras
pero ante todo soy un ser humano
que piensa que son las 7 de la tarde
y que ésta noche y sobre las 9
habrá que encender la chimenea,
antes mira lo que le queda de leña
y entonces, decide que hay que dosificarla,
pues en épocas del coronavirus,
no hay leña que se venda
y por tanto no hay leña que se compre.

No me sangran las venas,
me sangra el alma y las arterias,
yo prefiero una estancia cómoda y agradable
a estar instalado en el palacio de Versalles,
no me caen los anillos al suelo
por vivir como yo vivo,
tengo mis cuatro cosas conmigo,
tengo mis recuerdos colgados del techo,
tengo mis queridas plantas siempre agradecidas,
tengo una parte de mis hijos conmigo,
tengo ideas nuevas
que a su vez, se juntan con las viejas,
y se hacen pareja de hecho,
tengo al sol que entra por mi ventana
y que me acaricia con sus dedos de seda,
tengo incontables historias por contar
y numerosas historias de amor y miedo,
primero, vendrá el amor
y después, aparecerá el miedo,
amor...globo sonda
que te sondea y te pone a prueba,
que primero te impulsa
y que en segundo lugar,
te empuja hacia el abismo,
amor son cuatro letras,
a de ansia,
m de mierda,
o de odio
r de resentimiento,
y por muchas vueltas que le demos,
todo amor se socava y muere,
pero dicen que después,
queda el esqueleto
y una cajita pequeña
llena de preciosos recuerdos.

Contumaz,
resolutivo,
así es éste virus,
primero mata
y después pregunta
¿te ha dolido?
pero una vez muerto
¿qué importa el dolor pasado?
o sí
o quién sabe
a lo mejor lo que nos duele ahora
se multiplicará por cien o por mil
y nuestros huesos y células se quejarán al unísono...
no hay vida sin dolor
pero si hay dolor sin vida
y ahora mismo me está doliendo
el alma que no me cabe dentro
será por el virus asesino
o será porque estoy de parto
y es que no puedo contener
a ese mar de letras y palabras,
me voy a volver loco y desquiciado,
tendré que comer ortigas para depurarme
y cocerme al sol primaveral,
para que queme mis ideas por fuera,
para que las tueste y las contenga...
Ahora mismo hay una tía llamando
a su gato "michi",
está asomada por su ventana
y su gato "michi" pasa de todo
(yo, tenía un amigo que se llamaba "Michi"
pero no era gato)
y ya que estamos
¿habrá gatos en la otra vida
y perros y vacas lecheras,
y buitres y osos pardos?...
contumaz ha sido el bicho,
contumaz, insistente,
rápido de reflejos,
le encanta anidar en los pulmones
y hasta reventarlos...
por eso, llegamos al punto G de la película,
y es éste:
la aristocracia millonaria rusa
se han comprado mogollón de respiradores de última generación,
y cada uno tiene el suyo en su puta chabola de oro y plata
y entonces sería el momento de preguntarse:
¿todos los humanos tenemos derecho a seguir viviendo?
o ¿habría que hacer limpieza?
Quién me iba a decir a mi
que viviría lo que estoy viviendo,
yo que pensaba
que la ternura estaba desapareciendo,
que moriríamos envueltos en plástico,
y bajo capas de ozono superpuestas en capas de cebolla,
y que los ríos estarían destinados a ser alcantarillas,
y que los mares serían caldo recalentado,
pues yo que pensaba todo esto,
ahora pienso... no lo contrario,
para tanto no me da la cosa,
pero me siento más atenuado en mis pensamientos más oscuros,
y la negrura evoluciona a tonos grises
y hay días en que me levanto
y no sé... me digo...
pero al final me lo digo
y delante de mi tengo un día grande y hermoso,
de sol suave y primaveral,
fresco porque ha llovido en la noche,
tierno porque todo se pone tierno
cuando los humanos dejamos de dar por culo,
entrañable porque los sonidos son como ecos evanescentes,
y tú, quién seas,
no esperes más de lo que te pueda dar,
aquí no hay misterio,
soy humano y tengo carne y huesos
y un alma que no me cabe dentro
y te puedo jurar
que sobre mis huesos
crecerán las flores más hermosas del cementerio,
aquí yace Bruno
y el dijo antes de morir,
resucitaré algún día
y mirar por donde....
ya estoy aquí,
¡y estoy de vuelta!.

DÍA 18 DE CUARENTENA
Día 18 de cuarentena,
y ese va a ser el nombre adecuado
y porque nadie nos va a quitar
de estar encerrados 40 días del ala
40 días con sus respectivas noches...
y sin amaneceres y atardeceres,
que para mi es lo peor de ésta condena.
Y hoy es otro día más,
sábado
pero que importa ahora que sea sábado o jueves,
los días festivos murieron por el coronavirus,
y los días de la semana también,
y los domingos ya no hay misas
y por cierto ahora puedo escuchar a través de mi ventana
(que ahora es mi nueva televisión)
¡que están repicando las campanas de la iglesia,
bueno,...son las 12 del mediodía,
la hora del angelus
que a éstas alturas aún no sé que significado tiene,
pero debe ser algo importante...
yo en mis tiempos pensaba que la hora del angelus
era la hora de empezar el aperitivo,
hasta que me di cuenta
que para el horario que aquí nos gastamos,
era como demasiado pronto,
más tarde cambié de idea y pensé
que la hora del angelus
era la hora de hacerse un descanso
descanso concedido por dios y por sus emisarios,
hasta que me volví a dar cuenta de que no,
y entonces decidí dejar de comerme el coco por el tema
y ahora la hora del angelus
eres tú en forma de paloma
y un minuto al día
me dejo llevar por el poder de mis alucinaciones
y desde ese día
la hora del angelus
es tomarme un tripi virtual
y por hoy he cumplido con la reflexión del día,
¡quedaros en casa
y acordaros de tomaros ese tripi virtual!.