Son las 9 y 20 de la tarde y ya es hora de despedirse, quiero ver el partido de fútbol de España y de inmediato a la cama. Lo del partido como que sobra, pues es un partido amistoso, pero hoy como estoy flojo, me dejaré caer en el sofá y si me aburre el partido, siempre hay una película por ahí perdida. Ya tengo el uniforme preparado encima de la cama, ya me he afeitado con sumo cuidado y por tanto, ya me siento guapo y primoroso. Y mañana tengo que sacar fuerzas de flaqueza, pues es Domingo del mes de Junio y a éstas alturas, ya está la Isla llena de guiris y eso supone más tráfico, más gente en la playa y más de todo y en todos los sitios.
Bueno nunca llega a ser lo que es en la Isla vecina, Mallorca y en concreto en Palma de Mallorca,. Pues hace dos años hice guardias allí en Verano y os juro que no descansé y ni pegué ojo y me levantaba a las 5 y media de la mañana para ir al curro y al día siguiente y sin dormir, me volvía de buena mañana para Menorca. Un agobio y por el número de avisos y un agobio por la importancia de algunos avisos, que no todos. Lógicamente hay más hostias en coche, hay más juergas y hasta altas horas, hay más playeros y hay más gente en cualquier esquina. Más o menos parecido a cuando curraba en Cádiz y que tampoco fue hace tanto tiempo, unos 8 años, más o menos.
Pues nada, que me siento preparado para que mañana corran ríos de sangre y vísceras y órganos y ojos por el suelo. Tengo que exagerar como hacen los fantasmas de mi curre, pero la exageración es consciente, y me pongo en el peor de los casos y para que nada me pueda sorprender. Así después y en caliente y como además me espero lo peor, lo que vea con mis ojos, siempre me asustará menos. Sí y porque yo soy médico, pero también soy persona y a veces tengo miedo y me asusto y me dan ganas de salir corriendo ante ese desparrame de tripas y otras veces me impresiono y corro el riesgo de quedarme bloqueado. No soy Dios, ni soy un fantasma, solo soy un tío de carne y hueso, pero con un alma que no me cabe dentro.

Pues nada, que me siento preparado para que mañana corran ríos de sangre y vísceras y órganos y ojos por el suelo. Tengo que exagerar como hacen los fantasmas de mi curre, pero la exageración es consciente, y me pongo en el peor de los casos y para que nada me pueda sorprender. Así después y en caliente y como además me espero lo peor, lo que vea con mis ojos, siempre me asustará menos. Sí y porque yo soy médico, pero también soy persona y a veces tengo miedo y me asusto y me dan ganas de salir corriendo ante ese desparrame de tripas y otras veces me impresiono y corro el riesgo de quedarme bloqueado. No soy Dios, ni soy un fantasma, solo soy un tío de carne y hueso, pero con un alma que no me cabe dentro.