PIDO
Pido.
En realidad pido muy poco.
Pido
lo que me deben algunos
y los trozos que he dejado tras de mi.
Pido que me devuelvan lo dejado y abandonado
y poder seguir
mi rastro de estela sin memoria.
Pido
que me devuelvan
mi aura de iluminado
y mi forma de ser de aquellos tiempos
en que la gloria
iluminaba mi historia.
Pido
que el viento me acaricie de nuevo
y que la espuma del mar abrigue
mis tardes primaverales.
En realidad
solo pido
que te acuerdes de mí.
Algunos...
Algunos...
Algunos se sienten libres
siendo pájaros sin vuelo
y si es que algún día han volado,
no ha sido gracias a ellos.
Algunos...
te cuentan bonitas historias
y al mismo tiempo
te están metiendo en un cuento
que no siempre tendrá final feliz.
Y ahí, es donde entras tú
y el lobo y caperucita...
y al final,
el lobo se come a caperucita
y caperucita te come a ti.
En conclusión
no todas las historias y cuentos
tienen un final feliz.
Manuel Machado
OMBLIGOS
CEUTA (Blog "no es nada personal")
HÉROES Y MADRES
Lo que asoma tras el fondo de lo oscuro,
casi siempre y suele ser así,
es una alma cándida, inocente y tímida.
Es decir,
es un alma en pena que quiere salir del agujero
y mostrar al mundo
como ella salió de las catacumbas de su puta miseria.
Siempre buscamos héroes y madres,
primero héroes
y porque socialmente serán reconocidos como héroes
que han salvado el mundo con su fuerza y su tenacidad...
Mientras que madres hay muchas
y son héroes anónimas que
tienen el deber de criar y cuidar a su prole,
pero que socialmente no tienen cara, ni nombre,
ni apellidos, ni reconocimiento social...
Son madres y punto.
Y ser madre se valora
(y no muchas veces y como se debe),
en su círculo más cercano y más familiar,
pero hasta ahí llega esa película,
justo hasta ahí
y si se sale de ahí,
entonces hablaremos de héroes o heroínas.
Y os puedo jurar y eso hago,
que toda esta historia no es justa
ni nunca lo será.
Porque en el fondo,
ser madre
es la verdadera heroicidad.
LA VIDA (Hace 8 años)
DESDE ESE DÍA
Tardé demasiado tiempo
en aparecer y en hacerlo a paso seguro y decidido.
Hasta ese momento había sido como el Guadiana
un día aparecía
y al siguiente me daba por desaparecido.
Me gustaba esconderme entre la bruma y el bosque,
un día, mostraba mi lado más amable y cariñoso
y al otro, me crecían los uñas de pies y manos
y me convertía en salvaje alimaña muerta de hambre.
Y todo esto, cansa
y cansa mucho
y te agotas después de tantas transformaciones.
Por eso un día dije:
¡basta! y ¡hasta aquí llegamos!.
Y desde ese día me considero que soy
lo que hace mucho tiempo pretendía ser
y soy con mis aciertos y con mis defectos,
es decir, a partir de ese día
soy un yo al completo.
No soy un grande
pero tampoco soy un bicho.









