¿Qué si sigo aquí?. Aquí sigo, al pie del cañón y diseccionando mi coco inestable y en cambio de buscar mis puntos fuertes y así tener más apoyos, busco mis profundas debilidades. Y debe ser por mi vena masoquista, que la tengo muy desarrollada y además hoy, palpita con su pequeño corazoncito. No sé hasta donde llegaré, si me tiraré al río (que por cierto, aquí no hay), o me tiraré por el acantilado más próximo (que de esos, sí que hay) o simplemente me iré como un corderito trasnochado a manos del Matarife. Y entonces la Matanza de Texas, se quedará corta.
Van a salir los trapos sucios, las miserias diarias, los desencuentros, los disloques de mi personalidad, las serpientes de mis miedos, los gusanos de mi boca, los cuchillos afilados y las angustias en forma de mariposas. Va a ser la caña, la guerra sin fronteras, el estupor de los sentidos, los profusos sudores de mi alma, los lloros incoercibles, la vena sensiblera y como de un puto poseído se tratara, saldrá a relucir mi Alma inmunda. Pues a eso voy, voy a un Exorcismo y para que me saquen el gusano que llevo dentro.
Después que el Matarife se comporte, ya es otra cosa a tener en cuenta. Pues puede entusiasmarse al ver el Bicho y ahí, puede que se le vaya la mano y me ahogue en agua bendita o me atiborre de pastillas. O que le tenga miedo al Bicho, entonces recibiré más castigo. O que le guste, y que el Bicho y él, se vayan cogidos de la mano y me dejen allí, allí empantanado. Lo que tengo claro, es que no voy a recibir aplausos ni otras muestras de cariño, me dirán tú estás mal o muy mal y vamos a darte un correctivo, 20 pastillas diarias y por la noches éstas dos como suplemento. ¡Y venga que pase el siguiente paciente!.
Van a salir los trapos sucios, las miserias diarias, los desencuentros, los disloques de mi personalidad, las serpientes de mis miedos, los gusanos de mi boca, los cuchillos afilados y las angustias en forma de mariposas. Va a ser la caña, la guerra sin fronteras, el estupor de los sentidos, los profusos sudores de mi alma, los lloros incoercibles, la vena sensiblera y como de un puto poseído se tratara, saldrá a relucir mi Alma inmunda. Pues a eso voy, voy a un Exorcismo y para que me saquen el gusano que llevo dentro.
Después que el Matarife se comporte, ya es otra cosa a tener en cuenta. Pues puede entusiasmarse al ver el Bicho y ahí, puede que se le vaya la mano y me ahogue en agua bendita o me atiborre de pastillas. O que le tenga miedo al Bicho, entonces recibiré más castigo. O que le guste, y que el Bicho y él, se vayan cogidos de la mano y me dejen allí, allí empantanado. Lo que tengo claro, es que no voy a recibir aplausos ni otras muestras de cariño, me dirán tú estás mal o muy mal y vamos a darte un correctivo, 20 pastillas diarias y por la noches éstas dos como suplemento. ¡Y venga que pase el siguiente paciente!.