UN MUNDO MÁS HUMANO

A raíz de éste espléndida foto y digo espléndida, no porque sea preciosa o una buena foto, pero si es espléndida por la humanidad que irradia, esa sonrisa sincera de la médico que atiende a lo que al parecer es un bebé de 5 meses, pues sinceramente no es muy frecuente. No es frecuente ver a personal de emergencias destilando humanidad, porque entre otras cosas no entra dentro de la valoración profesional. Es decir, no cuenta para nada que seas más o menos humano, tú serás un buen médico y además reconocido profesionalmente, si sabes mucho o haces que sabes mucho y por supuesto, si tienes buenos contactos políticos o peloteros y lo serás igual si mantienes esa pose de distanciamiento con el paciente.

                          Pues si, yo ya llevo un buen montón de años currando en esto y nunca, pero nunca, salvando un pequeño apartado que me dieron en un Master de Emergencias, se habló o se trató de éste tema, de la humanidad de la medicina. Ni charlas, ni cursos, ni casi publicaciones, es un tema tabú a todos los niveles y empezando por las altas esferas sanitarias. Ellos te pueden felicitar por haber sido un hacha medicamente hablando o ser un cerebrito que se lo sabe todo y eso está muy bien, pero para nada valoran o fomentan éste aspecto tan importante, el aspecto humano.

                         Todo va de otras cosas, todo va de protocolos de actuación, de pautas de tratamientos, de diagnósticos diferenciales, de tiempos de actuación, de Items, de objetivos y  estadísticas de servicios y ahora, la famosa palabra de moda, también de ahorro, pero ni una sola mención a éste tema y tiene que venir un fotógrafo humano y un periodista igualmente humano, para titular ésta sonrisa espléndida: "Como la sonrisa más tierna del 061". ¡Ojalá hubiera cincuenta mil sonrisas así en el personal sanitario!.

                         Pero tampoco pequemos de lo contrario, no es cuestión de poner sonrisas permanentes y forzadas y porque vengan en un protocolo de actuación, pues sonrisas como ésta, sólo salen del alma y hay pocos, por desgracia, que tengan ese alma y eso  se nota. Yo lo único que pido desde aquí, es que de una vez por todas se reconozca y se valore la cualidad humana de un trabajador. Y ya sé que es muy difícil que pase eso, pero para que estamos aquí, pues para seguir soñando en que alguna vez haya un mundo mejor y sobre todo, un mundo más humano.

FRÍO

                     Hoy si que hace raspa o como también se dice: "cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo". Día desapacible pero entrañable, día de quedarse en casa y al calor de la lumbre o al calor de otro ser humano. Bueno lo de la lumbre y la casa lo tengo fácil, lo del ser humano, como que no, que va a ser más difícil. El consuelo es que tengo perro y algo de calor también emana, por lo menos para calentar los pies.

                     Es curioso lo de los pies, me refiero a esa necesidad de tenerlos calentitos, yo no soporto la sensación de frío en los pies y eso me pasa más en la cama. Soy incapaz de sobarme con los pies fríos y si hace falta me pongo 20 mantas sobre los pies y ahora que lo pienso, quizá sea herencia de otros tiempos aún más gélidos, por lo menos yo los recuerdo así y eso que era chaval, pero mi infancia la recuerdo con mucho frío. No había calefacciones centrales ni estufas eléctricas, yo sólo recuerdo una estufa de gas butano que daba más olor a gas que dar calor.

                   Y como las camas eran témpanos de hielo, todos las noches calentábamos o mejor dicho hervíamos agua para esa bolsas llamadas de agua y ese era nuestro calentador de cama. Y recuerdo sobre todo la humedad, esa humedad que penetra en tus huesos y que te hace encogerte como un ovillo. Frío he pasado, frío húmedo, pero era lo que había y si te quejabas siempre obtenías la misma respuesta: "Más frío se pasó en la guerra". Y entonces que otra te quedaba, que joderte aterido de frío


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EL TALÓN DE AQUILES

           


     Y hoy son las tres de la tarde y por fin tengo un rato para mi. Acabé la guardia a las 8 de la mañana y empalmé con otra guardia de avión y ya no he parado hasta ahora. Pero bien, me encuentro bien y con muchas ganas de todo. En el avión me llevé a Palma de Mallorca dos averiados de las coronarias que iban a desatascarlas y de vuelta para Menorca me traje a un viejillo bastante entrañable. El tío venía de que le frieran un poco o un mucho el culo, es decir de radioterapia porque el pobre tenía una Neo o Cáncer de Colon. Era alto y bien parecido y hablador empedernido. Vivía en el campo y también vivía de él y lo primero que me llamó la atención fue su nivel cultural,.pues tenía conocimientos muy amplios. Y como no paraba su perorata, pues poco a poco me fuí enterando de su vida.

                            Resulta que era asturiano y que se había escapado de casa con 9 años ya ya no volvió, decía que porque su padre lo molía a palos y desde esa se buscó la vida y curró cuidando vacas hasta los 12 años en que trabajó de minero y trabajó en la mina hasta los 32 y que por casualidad vino de vacaciones a Menorca y decidió quedarse aquí y aquí ejerció de campesino y hasta ahora. Era rompedor y presumía de ser historiador, pero historiador crítico y hablaba con mucho conocimiento de causa. El tío despachaba con seguridad, como subido en un púlpito y yo pensado para mis adentros, si yo llego a su edad me gustaría ser como él, así de seguro y algo.subidete a la parra.

                           Pero a veces la cabeza te traiciona y sin darme cuenta, estaba intentando indagar en su punto débil o sea tenía curiosidad por saber cual era su talón de Aquiles, pues todos absolutamente todos tenemos algo que no funciona como debe o como debía. Le tiré del hilo y me comentó que ahora veía de vez en cuando con una amiga y eso aún me dio más envidia. ¡Joder! que más se podía pedir, vivir sólo a los 85 años y en medio del campo y tener una amiga con la que se veía periódicamente. le pregunté si tenía hijos y me dijo si, le entendí que dos hijas y sin decirle nada, siguió hablando.

                          Él había estado casado y posteriormente se separaron y las hijas como las había educado la madre y eran del mismo palo de ella, pues él prefirió que se fueran con la madre y esto lo dijo sin pestañear y con una mirada fría y casi cortante. Concluí que el viejo no tenía ni el mínimo remordimiento por ser un fracasado como padre y después de tantos años sin verlas, no le temblaba ni el pulso ni la voz, no le temblaba nada. Entonces entendí que sí, que ese era su Talón de Aquiles. Un viejo enrollado y  culto e independiente y sin ninguna conciencia de haber sido un mal padre, lo dicho, todos tenemos nuestro Talón de Aquiles

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...