
por fin has aceptado el silencio sideral,
por fin te has dado cuenta que yo estoy aquí
y tú allí,
y a millones de kilómetros de distancia,
aunque al mismo tiempo acepto
que físicamente estemos a dos kilómetros,
pero ¡que dos kilómetros!
por el medio pasa la nada y el frío polar
el jardín está abandonado a la buena de dios,
los árboles que llegaron a tocar el cielo,
ahora están doblegados y apuntan al suelo,
ahora son árboles que esconden su cabeza bajo el barro
y falta el nudo de autopistas que van al cielo
y que al juntarse con el nudo de mi garganta,
forman esa gran angustia vital
que a veces ni me deja respirar...
pero no te preocupes por mi...sobreviviré...
es más ahora sé,
que como ave Fénix, estoy resurgiendo de mis cenizas
y lo siento porque en éste viaje que tengo por delante,
no estás tú... ni tu sombra
ahora estoy yo y voy camino a Saturno...