Pocas cosas se justifican porque sí, porque entre otras cosas siempre hay más cosas o razones, que ayudaron entre unas y las otras (y las que aún no sabemos, ni conocemos) a decidir o a tomar una decisión determinada y porque somos así de complejos y de complicados y nada es fácil y casi todo es difícil...pero esa dificultad, no indica que por el desarrollo de ese proceso, tenga que haber dolor y sufrimiento y puede que los haya, pero también puede que no y entonces y a modo de pequeña conclusión: las cosas hay que hacerlas y pase lo que pase. Yo no soy de la teoría de hacerlo todo con alegría y porque la vida es en sí, alegre y feliz, pero tampoco soy de la rama de la filosofía oscura y en la que sólo uno es capaz de ver penas y sufrimiento en todos los actos humanos y por así decirlo: yo soy de hacer las cosas y de hacerlas por el hecho de tener que hacerlas y ese acto en movimiento condiciona una determinada actitud de enfrentarse y de disfrutar con y de la vida. Es decir: la acción es determinante y no hay nada o no debe haber nada, que impida ese movimiento de sucesiones de acciones y que al final te harán tomar una gran decisión en tu vida. Estamos hechos de pequeñas decisiones. así como de pequeños detalles y somos trozos reconstruidos del anterior Yo y claro, con algún pegote novedoso (porque siempre nos regeneramos un poco) y que es el que nos da un nuevo aire y unas renovadas ganas...
La vida es así de compleja y ¡menos mal!...y porque la vida para nada es aburrida y sólo es aburrida para el se siente aburrido y decepcionado con sus actos y hechos y ese determina su forma de proceder ante la vida. Por tanto: no hay razones evidentes para sentirse desgraciado y sólo hay factores que pueden ayudar a sentirse bien o mal o fenomenal o peor que nadie. Es decir: la actitud vital (o forma de actuar) es la que determina que te enfrentes a todo o a nada o a algo o a más o a menos. Y es que si uno estás decidido... uno se puede comer el mundo y si además, uno está convencido... entonces y sólo entonces, sentirá que el Universo se le queda pequeño. No hay el optimista y el pesimista y hay el que se enfrenta y hay el que se amilana ante la toma de decisiones. Todos somos producto de millones de pequeñas e ínfimas batallas y cada una de ellas tiene su determinada importancia y peso específico y en ésta vida no hay ninguna batalla banal y que no importe...porque no y porque todas y hasta la más minúscula de ellas es susceptible de poder hacerte daño y así poder romperte y destrozarte por dentro. Por eso, toda decisión es importante y por eso, cada detalle en nuestra vida tiene la importancia que tiene.
Yo ahora no sería como soy si antes y durante tantos años (tengo 62 años) no hubiera tomado millones de determinadas decisiones que me hacen ser una persona con unas determinadas características y de las cuales, no reniego de ninguna. Es decir, me siento bien y contento conmigo mismo y eso no quiere decir, que sea el tío más cojonudo de la tierra y si quiere decir, que siendo un tío o persona incompleta (porque eso es evidente) tengo la capacidad de sentirme bien conmigo mismo y acepto tanto mis perfecciones como mis imperfecciones y sé que me moriré con las mismas y hasta con algunas más....pero también sé que me moriré satisfecho con lo hecho y con lo no hecho. O sea mi balance vital: es netamente positivo y eso determina mi grado de satisfacción y por tanto, determina mi forma de actuar en la vida....¿O no?
Todas las reacciones: