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El Ying Yang de un río. |
Había alguno de la secta del Lacoste y con su pantaloncito bien encorsetado y con sus zapatos castellanos o sea prototipos de pijos con dos patas. Después estaban los jipis reciclados, estos que aún llevan fulares y largas melenas, sólo que ahora son lavadas con Pantene y lucen su buga de medio pelo, o sea de gama media, antes lo que llevaban eran cacharros de hojalata con cuatro ruedas. Y me encontré y como pasa siempre con un tío que me resultaba conocido, pero no sé de qué.
De esos momentos en que te entra el deja vu y por su biotipo y vestimenta, estaba convencido de que me lo encontré en varios sitios muy lejanos el uno del otro. Tío con gafas finas y calvo, pero no calvo del todo, con pelo por los lados y por supuesto engominado. Delgado de tipo y luciendo su Lacoste y su cinturón de hebilla ancha o sea que iba vestido de pijo redomado, pero estoy seguro que vi al mismo tipo en Cádiz y en Santiago. Y mi conclusión es clara y contundente, no puede ser el mismo tipo, por tanto,
hay tíos que son fotocopias. O sea que es un biotipo que se repite con frecuencia y así nos hizo dios y dios nos castigó con la existencia de tipos como éste y por haber cometido tantos pecados.