FORTALEZA


Podría escribir los versos más tristes ésta tarde
y llorar desconsolado
y hasta caer extenuado.
Pero va a ser que no,
que ésta tarde escribiré en libertad
sin nudos ideológicos que aten mi cerebro 
sin trincheras desde las que disparar
y porque no tengo nada que disparar.
No me siento un hombre soldado
ni voy a matar a nadie
y no enarbolo ninguna bandera.
No me siento paria de nadie,
de la explotación me quedo con su sonido 
del resto de significados
prefiero no tener que explicar esa palabra
y de las relaciones personales
me gusta la seriedad que le ponemos.
Nos dejamos la piel en el camino
y el camino está en nosotros mismos.
No voy a escribir los versos más tristes ésta tarde,
porque no me siento triste
ni espero que me espere nadie al llegar a casa,
hoy me quedo en casa
y a la tristeza la he convertido en fortaleza.




























Sábado de finales de septiembre


Sábado de finales de septiembre y el otoño está de cuerpo presente. Pero no nos alegremos demasiado pensando que el otoño ha vencido y porque en ésta isla el otoño suele ser demasiado corto y no muy intenso. Añoro los otoños fuertes, llenos de olores y colores, fríos y lluviosos, de hoja muerta y húmeda, de tardes al calor de una estufa de leña o chimenea. Las mejores confesiones se hacen al calor del fuego y escuchando el crujir de la leña y el silbido del viento. Afuera llueve, tiene que estar lloviendo o nevando y para que tengas y sientas la necesidad de sentirte más protegido en tu refugio. Las conversaciones allí dentro fluyen y ante el entorno que te rodea, tienden a ser enfocadas hacia temas más personales y mientras echas otro leño al fuego. Miras a tu alrededor y ves a otros almas queriendo saber el destino que tendremos. Se habla del amor, del amor siempre se habla cuando uno se siente intimista. También se habla del ¿porqué de nuestra existencia? y a la que nunca le encontrarás su respuesta adecuada, es decir, seguirás pensando que no sabes casi nada del amor y del porque te pusieron a vivir en éste mundo. El otoño y la chimenea, no te resuelven ese dilema y es más, nadie te lo resolverá. Yo ahora mismo tengo 68 años y voy para 69 y sé más o menos lo mismo que antes y mira que me he echado tardes y tardes alrededor de un fuego. Hay enigmas que siempre serán enigmas, aunque la diferencia está en que cuando eres joven piensas que algún tendrás la solución de dichos problemas y ahora en cambio, ya sabes que jamás serán resueltos.

Y no es una idea deprimente y porque para mí no me resulta deprimente el reconocer que no tengo en mis manos la solución a dichos problemas. También tengo muy claro, que no lo resolverán otros, ni los venideros  ni los que vendrán después de los venideros. En eso consiste la vida, en no saber porque la estás viviendo, en vivirla igualmente y ahí sí que depende de tí, que le echas más o menos ganas a ese asunto del vivir y en morir sabiendo que no has podido resolver semejante entuerto. Es importante saber, que nadie te va a regalar nada y por tu cara bonita (si la tienes bonita) y que seguramente si lo hace, es por su propio interés, porque algo querrá sacar de tí y no es siempre por la pasta (que también lo es, pero no lo es siempre). Hay quién disfruta chupándote la sangre como lo hace un vampiro sediento de sangre ajena o que necesita tu apoyo psicológico y mental o que simplemente le sirvas de paño de lágrimas. Hay gente o personas (esto último había que demostrarlo) que sabe aprovecharse de tus mejores cualidades y una vez que has sido utilizado, ya no le sirves para nada y pasas a formar parte de ese ejército de parias que deambulan por la vida sin saber para que coño existen.

Claro que el que se aprovecha de los otros o del resto, tampoco irá muy lejos, aunque piense que sí y que se sienta el ser más poderoso de la tierra o del universo. Y puede que lo esa en plan pasta y en barcos y casas y aviones privados,
pero seguro que tiene un punto débil, que tiene su talón de aquiles y que más tarde o más temprano, por ahí se cuelan sus infecciones que lo acabarán poniendo en la picota. Nadie se salva de la quema por sus propias debilidades. Yo me siento un hombre rico en muchas cosas (en pasta está claro que no) y espero y esa es mi intención, seguir disfrutando de ellas. Como diría el otro, me siento una persona afortunada que tiene como meta, ser de cada vez más afortunado.
























ASAMBLEAS Y DEMÁS



Ya no hay asambleas que decidan por todos nosotros. En mis tiempos las habían y éramos unos cuantos los que decidíamos por todos y claro llegó el día o el momento que tenía que llegar y la masa del todo se hartó de que decidieran por él. Realmente todo se sacaba de contexto y unos cuantos cientos de personas manifestándose se convertían en miles. Pero la vida siempre fue así y unos pocos siempre fueron los encargados de mover a los demás y de decir que eran muchos más que dos (como dice la canción). Pero lo diferencia con ahora, es que esos pocos ya no se reunen en asamblea y deciden por los demás en destino de todos. Me acuerdo de una vieja amiga que posteriormente dejó de serlo, pero no entro en culpabilidades, si fue mi culpa o si fue de ella o si fue de los dos al mismo tiempo, pero a lo que yo iba es que se declaraba "activista" y como si yo fuera en comparación a ella, un objeto pasivo e inanimado y por no sentirme ni declararme activista, aunque sí que me sentí activo y muy activo, ante determinados temas. En realidad yo me siento muchas cosas a la vez, me siento médico, me siento ser humano, me siento activista y a veces, hasta me siento que prefiero ver hacia otro lado y porque hay cosas que por mucho que querramos, nunca podremos o debemos ver. Yo no puedo ver como a alguien se le tortura o se le mata en nombre de algo que se considera humano. Yo no soy capaz de ver ciertos dolores cancerígenos inhumanos, a no ser que adopte el papel de médico y entonces lo puedo soportar pero también sé que después y más adelante, lo voy a pagar con creces.

Lejos quedó esa antigua amiga y porque lo que nos unía era tan poca cosa que vino un soplo de viento en contra y se llevó nuestra amistad. Yo no soy perfecto y es más, me reclamo como un ser imperfecto y tengo mis momentos buenos, malos y peores. Y entonces no puedo tener a mi lado a alguien que todo lo sepa, que saque alternativas como magia de la chistera y que todos sus pensamientos sean verdades como puños. No soporto a las personas en que sus alternativas son verdades de fe y mientras las tuyas son un cúmulo de imperfecciones. Pero el tema no está en quién tiene la razón o no la tiene, el tema está en que esa persona que se cree tan perfecta te imponga sus razonamientos sociales y digo sociales porque en los personales ya es otro cantar. Socialmente no permito esto y propongo lo otro, pero personalmente hago lo contrario. Hay una dicotomía y una contradicción inequívoca, pero para el parecer de estos señores no la hay.

No sé por donde anda esa anterior amiga, bueno sí lo sé o me lo supongo y porque si vivo en una pequeña isla uno no se puede ir muy lejos. Me la supongo con el mismo rollo, con esa seguridad pasmosa para todo tema social y con su gran inseguridad en los temas más personales, que simplemente nunca serán hablados ni compartidos con nadie. Pena no me da, ni lástima, pero alegría tampoco y oigo  su voz como un eco cada vez más lejano. 



















Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...