LA NIEBLA

    
 La niebla, la añorada niebla, mi vieja conocida y tan vieja como mi vieja existencia. Yo Yo nací entre la niebla, es más fui concebido en ella, en esa noche de primavera 
y en medio de una nebulosa de alcohol. Allí fui concebido, por un mal polvo, por
 no sacar la polla a tiempo. Así es de dura la vida, estar vivo por un mal polvo o por 
mal cálculo. Después viví dentro de la barriga de mi madre durante 9 meses, 9 
largos meses, en los que viví plácidamente flotando entre líquido amniótico y 
sólo despertando por pequeñas sacudidas que mandaba mi madre. Eran 
como pequeñas convulsiones electrificantes, como intentos de que la placenta
 se desprendiera del útero, con el fin que el embrión (que era yo), se quedara 
vacío o simplemente fuera expulsado y cuanto antes mejor que mejor. Vamos, 
es la simple historia de un embarazo no deseado. Tampoco es tan raro el no 
ser ser deseado, pero a lo que voy, que siendo yo un huevo embrionario 
notaba el rechazo, las ondas negativas me llegaban por la sangre materna y toda
 esa lucha se llevaba en la placenta.

Nueve meses después, nací yo, en un triste día, triste para los demás no para mí, el día 5 de Febrero de 1956. Un día frío y lluvioso de invierno y lo primero que vi al asomar mi cabeza, fue el mar, pues lo tenía de frente. Más que verlo lo intuí, pues sobre el mar de la ría, la niebla extendía su guante blanco de seda. De nueva la niebla, mi compañera y amiga. Mi infancia fue una lucha titánica entre los claroscuros: hubo días de luz brillante, así como hubo otros días oscuros y negros. A veces recuerdo éstas épocas, como cuando en verano uno estaba a la sombra de una parra  de un viñedo y las hojas de la vid las movía el viento, eso creaba una lucha de claroscuros, el sol y la sombra, la sombra y el sol, haciendo un juego de luces alucinante. Mi infancia transcurrió entre los dos polos y en su conjunto, recuerdo mi infancia con niebla o sea no salía el sol pero tampoco era la oscuridad más completa y más absoluta. Las sombras, las sombras vivían en la niebla y de vez en cuando me daban miedo, pues se transformaban en monstruos oscuros, como negras sombras cambiantes y amenazantes.

En mi pubertad y hasta los 25 años me sacudí la niebla, me la quité de encima y no por un proceso de un profundo pensamiento, que va, era sólo que fuera y a mi alrededor, había demasiados estímulos para ser vividos. En esas épocas me dediqué a revolucionarlo  todo y a vivir a tope y me hice revolucionario. Después de los 25 años y hasta los 35 años, la niebla volvió conmigo. Fueron años de duras luchas internas, de agobios de trabajo, de oposiciones, de más trabajo y  de engaños y desengaños, muchos de ellos excesivamente exagerados. Ya digo que por el medio quedaron pequeños claros, que me sirvieron para cargarme las pilas. Pero fuera de ésos períodos volvía la niebla, de nuevo la niebla y las sombras. Las sombras que siempre me acompañaron. Las que me mecieron dentro del seno materno. Las que me amamantaron. Las que me dieron su mano cuando era niño. Las sombras de las dudas en la penumbra de mi pubertad. Las sombras después de la Universidad. Las sombras que me transmitían los pacientes. Las sombras que me iban dejando los muertos. Las sombras  de rastros perdidos dentro de mi mente. Las sombras de los amores rotos y destrozados. La sombra del olor de la sangre, de un hueso aplastado y roto y todo su dolor. La sombra  de los espíritus. La sombra del viento... 
Después de los 35 años, hubo ratos de oscuridad pero la tendencia fue in crescendo y me hice persona más estable. Y ahora, estoy disfrutando de las buenas vistas que me ha dejado la vida.

                    Pero a veces mis fantasmas acuden de nuevo a mi y entonces me cuentan y me dicen los secretos olvidados. Ellos son los que me contaron mis vivencias en el útero materno, en mi infancia, y en el resto de mi recorrido vital y ahora a los fantasmas los veo en los cruces de las calles, en los semáforos y hasta en los ojos de un niño y gritan y aúllan como una sirena de Ambulancia... Fantasmas en procesiones de semana santa. Fantasmas en manifestaciones. Fantasmas  de cama y camisón. Fantasmas  que no te dejan dormir... insomnio, angustia, y  pesadillas. 
La trilogía del espanto que no te deja dormir, la trilogía maldita. Pero como ya dije antes... mi visión de ahora es otra, tengo buenas vistas y los fantasmas del ayer los tengo sueltos y son libres, porque apenas me hacen daño.

"Monólogo", Cristina Peri Rossi

 

"La vida no tiene
sentido. ¿Para qué
se lo buscas?
Si la vida no tiene
sentido
tampoco tiene sentido
el éxito o
el fracaso
ser amado o
detestado
tener buenos
vecinos o vecinos
xenófobos
el aplauso o la
rechifla
No importa si tu
amada te llama
por teléfono
o no te llama
No importa si
tienes números
rojos en el Banco
Ni si figuras en
una enciclopedia
De acuerdo. La
vida no tiene
sentido,
pero aun así,
me emociona".

Charles Bukowski


 "Hay personas inolvidables, y para eso no hay cura".


No puedo dejar de pensar en tí

 

No puedo dejar de pensar en tí.

Pero a veces sí puedo pensar en otras cosas,

puedo sentir el paisaje de una agreste montaña,

o ver como desciende un río con toda su rabia,

o notar como las olas me mecen mientras me quedo dormido,

o como la luna me enternece.

Puedo sentir tantas cosas

y todas a la vez y al mismo tiempo,

que a veces se me olvida,

que no puedo dejar de pensar en tí.

TENGO NOMBRE DE SUEÑO



Malena tiene nombre de tango (decía un poeta)

y yo tengo nombre de sueño,

me encanta el nombre de Bruno,

que no es mío y porque fue adoptado como una capa superpuesta,

pero según la declaración de los derechos humanos

todos podemos cambiar de sexo y hasta de personalidad

...y...

¿y porque no, de nombre?

No todo tiene que acabar en fronteras marcadas,

en límites establecidos,

en alambradas de espino...

Yo quiero ser del país de nunca jamás

porque no hay amores eternos,

ni nombres perpetuos,

ni la ansiedad es permanente

todos ellos fluctúan como bancos de hielo en la densa neblina de la mañana,

hay algo evolutivo dentro y fuera de nosotros,

la piel se descama y se transforma en piel más dura y seca

los párpados caen como persianas cansadas de tanto intentar ver lo

que no se puede ver,

los huesos se deslustran como esponjas de mar porosas,

y todo se hace más ciego, más cansado y más desgastado

todo se viste de color sepia y de vacíos rotos,

mis fotos son así,

rotas por el desgaste del tiempo,

carcomidas por hambre de ratones,

amarillentas de tonos otoñales,

y en el medio de esa foto

aparezco yo...

como escondido,

como medio borrado y difuminado,

como si mi cara fuera etérea y volátil

y como si de mis hombros salieran alas de algodón,

pero eso sí...

Malena tiene nombre de tango

y yo tengo nombre de sueño.

A VECES, LA POESÍA ANDA SOLA

 


A veces, la poesía anda sola,

anda sin nadie que la quiera acompañar,

busca rincones escondidos dentro del alma de cada uno,

aunque a veces se para en alguna estación de metro,

o ante escombros de viejos edificios,

o busca bosques encantados,

o muelles abandonados de la mano del ser humano,

en cambio otras veces,

esa poesía se pierde entre soledades inquietas,

o en rescoldos de aquella antigua hoguera,

pero todo ese proceso,

te exige máxima intensidad,

y que te dejes la piel en el intento,

y que te duelan los dedos por tanto teclear,

y que las articulaciones se conviertan en globos a punto de

petar,

aquí se exige el todo

y con la pasión del que lo pone todo,

y con el mismo ansia del que siempre quiere más,

....no es tarea fácil...

pero en ésta vida que por cierto, nadie nos ha regalado,

nada nos resulta fácil

y si hay que ser poeta

que venga la poesía

que entre por mis venas

y reviente mis entrañas.

YO ESCOGÍ ÉSTE OFICIO


Yo escogí éste oficio,

hablo...el de ser médico,

lo de escribir... vino después,

mucho después,

fue tanto después...

que no me acuerdo de si fue ayer o anteayer.

Era joven cuando estudié medicina

y ahora soy un viejo escribiendo lo que puedo,

y digo lo que puedo,

y no digo lo que me dejan,

pues hace tiempo que he pasado de imposiciones y leyes sin

sentido,

yo prefiero los intercambios de lenguas

y el descubrir las cuevas internas,

yo soy un ser de calidez extrema

y me gusta arrebujarme como un niño buscando refugio,

me gusta la calidez de lo humano

y esos dedos que recorren mi espinazo

y que al llegar al borde de mi culo se quedan extasiados y

paralizados mientras yo estallo en mil pedazos de placer,

y me encanta retozarme al suave y tibio sol del invierno,

como un lagarto que necesita calentar su cuerpo frío,

me encaramo a la piedra más alta

y desde allí oteo el horizonte,

me atraen las vistas lejanas y sin limitaciones,

como me gusta el rayo verde en una puesta de sol,

como tus ojos verdes en un día sin sol,

como los míos

cuando me observo a través del espejo que tengo ante mí

y por cierto, ese señor que tengo enfrente

se parece mucho a mí.

YO TE DEBO LUNES


Yo te debo lunes,
pero también te debo martes y miércoles
y viernes y domingos,
te debo días sin límite y sin freno,
días en el que todo fue una eterna tarde,
días largos e intensos,
espasmódicos,
tetánicos,
días de azul cristalino y de gris lluvia,
días de sol adormecido
y mecido entre nubes de algodón vaporoso,
días de negros nubarrones
mezclados con destellos claroscuros,
como tú y yo,
yo era el negro nubarrón
y tú en cambio ibas vestida de blanco
y así fue hasta que vino una galerna de aire y fuego,
que arrasó todo lo construído con nuestras manos,
y de todo ello ahora solo queda su esqueleto derruído
y como un monumento dedicado a lo que pudo ser y no fue.

Yo soy apátrida

 

APÁTRIDA

   

Yo soy apátrida 

y no tengo estandartes ni banderas.


Mi patria es el universo entero.


Mis luces, 

son luces de mil estrellas fugaces.


Mis deseos, 

son los de un planeta lejano y desconocido.


Mi esperanza, 

es que desaparezcan las fronteras de la tierra.


Mis preocupaciones, 

no entran en éste folio en blanco.


Mi ejército, 

son mis cansadas piernas.


Mi alma, 

es la de un ángel blanco y negro.


Y mi dios, 

es el dios de uno y de cada uno.



Yo soy apátrida y no poseo estandartes ni banderas.


Mi vista, 

es la vista panorámica que tengo en la cima de mi vida.


Mi escudo, 

es un escudo antimisiles que no quiere guerra.


Mis penas, 

son un jardín con flores aromáticas.


Mis grandes sueños, 

son mis mejores quimeras.


Yo soy apátrida y no tengo estandartes ni banderas.


  Mi patria es el universo entero.


Mi estandarte es la luz de cada día. 


Y mi bandera solo lleva...

   dos huesos largos y una calavera.

¿Y donde coño se han ido los pájaros?


 ¿Y donde coño se han ido los pájaros?

si yo sin ellos me encuentro más sólo que antes,

aunque tengo mi compartimento interno lleno de recuerdos y flores,

tengo dos cuadros que demuestran que amo el arte del vivir

tengo música y tardes que desbordan añoranzas y sueños,

tengo horas apuntadas bajo la almohada

y otras que se parecen a girasoles multicolores,

tengo horas para todo,

incluso las tengo para ti,

van dedicadas y firmadas...

pero no te preocupes por mí

no espero respuesta.

HAY ALGO...


 Hay algo que tiembla bajo mis pies,

¿será la tierra

será la luna

o será el movimiento de tu cintura?



Si llama la muerte

 

Si llama la muerte,

díle que se vaya,

díle que quizás mañana o pasado o dentro de un año,

díle que tengo deudas de juego por pagar,

que no acabé éste poema que ahora, escribo,

que tengo mucho más de que hablar,

que tengo hijos que mantener y sobre todo, por querer,

que aún me quedan resuellos por donde respirar,

díle que hoy estoy aquí

y puede que mañana esté en el fin del mundo,

que me quedan pasos por dar,

que mis lágrimas están secas de ansiedad,

pero están húmedas de soledad,

que si, que no,

y muerte por favor, espera,

que la vida no es eterna

y que todo tarde o temprano, llegará.

AHORA VIVO EN ÉSTA ESQUINA DEL MUNDO


Ahora vivo en ésta esquina del mundo,

antes vivía en otra esquina

quizás más esquinada,

quizás más sureña y más clara de luz y agua.

Y antes de éstas dos, 

viví en el norte,

fui norteño de caracter

y un apasionado de la lluvia,

llovía y me cubría de nubes negras, 

me mojaba

y pensaba en que al mes siguiente dejaría de llover

al final, me entraba frío en los huesos

y entonces mi cuerpo,

se convertía en un amasijo de carne húmeda y entumecida...

Llovía y yo pensaba

que estaba en un claro del bosque,

desprotegido y empapado de pies a cabeza

dejado de la mano de dios...

Al final y sin pensarlo dos veces,

 he caído al este de mi existencia,

por donde sale el sol y se acuesta la luna,

por donde a veces llega el mar entre los ojos de la luna

y por donde en las tardes como la de hoy,

alguien está pintando la cúpula de cielo,

de blanco, azul, dorado y amarillo.


SIGO SIENDO YO


A veces (pocas)
prefiero callarme y no responder a nada ni a nadie,
respondo con mi profundo silencio
y demostrando sin prejuicios mis pocas ganas de contestar.
Hay veces que prefiero pasar entre dos frentes,
y ser más neutro que valiente.
Otras veces no y me pongo respondón
y ronroneo y gruño como un perro salvaje.
Algunas otras, me pondero y me mido,
y doy mi opinión como todo un señor (las menos).
De todas formas yo soy todo a la vez,
soy el que gruñe,
soy el que pondero,
soy el que me irrito y me desequilibro,
soy el amo del silencio,
soy una ventana entreabierta que nunca se cierra
y todo a la vez y al mismo tiempo...
entonces me miro en el espejo y me doy cuenta,
que sigo siendo yo,
sólo que un poco más viejo.
Todas las r

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...