
Pues en el caso concreto de éste señor, lo que pasó es que era un astronauta con relativo nombre, pero coño le pilló la guerra fría y claro, había que adelantarse a los yanquis en la carrera del espacio y por eso, éste señor había hecho sus pinitos en el espacio, pero de repente a los jerifaltes les entraron las prisas y ya sabemos la razón: en éste caso los yanquis iban más adelantados.
Así que un día cualquiera a un jefe del Kremlin se le ocurrió que podían ser más rápidos que los yanquis y pusieron en órbita a Vladimir y dentro de un cacharro espacial que fue improvisado hasta última hora (iban con mucho retraso y además, el propioVladimir Komarov estaba en contra de como se hacía el proyecto y por chapucero), que naturalmente petó en el espacio y a tomar por culo la nave de mierda y el Vladimir. Pues ya veis, el tío iba para héroe y al final sus trocitos de carne y hueso siguen flotando por el espacio, bueno lo que tocó Tierra era un amasijo de hierro candente y retorcido y con unas cucharillas fueron despegando lo que se suponían que eran pegotes de carne
humana, que como decía el articulista (el verdadero, no yo), enterraron un bulto que simulaba una raíz chamuscada y retorcida y a eso le llamaron: los restos de Vladimir Komarov.
Lógicamente todo la parte macabra de la película fue convenientemente ocultada por los jerifaltes del Kremlin. Pues aquí tenéis una triste historia, aquí tenéis otra demostración de que sea en Rusia, en USA o en Venezuela, no merece la pena entregar la vida de uno a cambio de una condecoración y en conclusión: "que se suba el jerifalte a la nave espacial que a mí me entra la risa".