VLADIMIR KOMAROV

Acabo de leer una historia sobre un pobre tío que se llamaba Vladimir Komarov, por supuesto ruso de pura cepa y además, de la estepa y la cosa va de que éste año se acaban de cumplir los 50 de su muerte. Y el pequeño articulo sobre el tío está muy bien  pues hace la reflexión de ese tío "casi héroe" de la madre Rusia y que al final murió como un perro, de triste y solo. Y ésta reflexión que yo me marco no va contra Rusia en concreto y va contra todos los Estados y porque en aras y al servicio de la Patria y a lo largo de la historia, hubo muchos muertos casi anónimos. Las Patrias tienen esas cosas, te ponen un himno, te dan una bandera, te obsesionan con la idea de que tu Patria es tuya y no la del vecino y de que por ella hay que dar la vida.
Pues en el caso concreto de éste señor, lo que pasó es que era un astronauta con relativo nombre, pero coño le pilló la guerra fría y claro, había que adelantarse a los yanquis en la carrera del espacio y por eso, éste señor había hecho sus pinitos en el espacio, pero de repente a los jerifaltes les entraron las prisas y ya sabemos la razón: en éste caso los yanquis iban más adelantados.

Así que un día cualquiera a un jefe del Kremlin se le ocurrió que podían ser más rápidos que los yanquis y pusieron en órbita a Vladimir y dentro de un cacharro espacial que fue improvisado hasta última hora (iban con mucho retraso y además, el propioVladimir Komarov estaba en contra de como se hacía el proyecto y por chapucero), que naturalmente petó en el espacio y a tomar por culo la nave de mierda y el Vladimir. Pues ya veis, el tío iba para héroe y al final sus trocitos de carne y hueso siguen flotando por el espacio, bueno lo que tocó Tierra era un amasijo de hierro candente y retorcido y con unas cucharillas fueron despegando lo que se suponían que eran pegotes de carne

humana, que como decía el articulista (el verdadero, no yo), enterraron un bulto que simulaba una  raíz chamuscada y retorcida y a eso le llamaron: los restos de Vladimir Komarov.

Lógicamente todo la parte macabra de la película fue convenientemente ocultada por los jerifaltes del Kremlin. Pues aquí tenéis una triste historia, aquí tenéis otra demostración de que sea en Rusia, en USA o en Venezuela, no merece la pena entregar la vida de uno a cambio de una condecoración y en conclusión: "que se suba el jerifalte a la nave espacial que a mí me entra la risa".

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 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...