Y como siempre hay niveles, hay niveles más altos o más bajos que otros...pero lo que yo tengo muy claro es que si mi vida la hubiera dividido en etapas de 5 o 10 años, en cada una de ellas siempre hubo un elemento o más, de ésta subespecie que precisamente no está en estado de extinción. Desde el que no te invito a una birra o cerveza porque no te vayas a acostumbrar o desde el que te dejo algo de pasta y al día siguiente, ya desconfía de ti y te apura o muestra su inquietud con impaciencia no disimulada. Y el tema era como para decir: "pues no dejes la pasta, porque te está sentando fatal". Desde luego, lo mejor es no tener que pedir...pero ¡coño! somos humanos que de vez en cuando cometemos fallos.
Yo en ésta vida me he empufado varias veces y a veces, hasta las pestañas y no por ello me siento orgulloso, pero también quiero decir, que deber pasta a alguien no es como cometer un asesinato. Y hoy en día no le debo a nadie, he saldado mis cuentas pero no mis temores...porque la gente o las personas que me la dejaron a "regañadientes" y pidiéndola antes del plazo estipulado y todo por su puta desconfianza hacia mi persona, no merecen que les brinde mi amistad. No han confiado en mi y una vez devuelto su favor (la pasta) ya se pueden ir a tomar por culo...porque yo pensaba que pasta y amistad iban unidos por un hilo invisible. Pues ya veis, con la vejez se puede seguir aprendiendo
