
Lo que me gusta de ellos, es su radicalidad y su descaro de llamar al pan, pan y al vino, vino y claro eso en política es un vendaval de aire fresco. Pero para nuestra desgracia, todo lo nuevo y revolucionario necesita tirar de la imaginación y esa en Podemos, se fue agotando y porque han preferido mantener una estructura organizativa fuertemente centralizada y piramidal y entonces, obediente a lo que diga y haga su gran jefe y han deshechado una estructura abierta a todas las opiniones de la izquierda. Bueno, tengo que decir, que si yo fuera el tal Pablo Iglesias (su jefe máximo) haría lo mismo que él, es decir, el que no estuviera de acuerdo conmigo, que se fuera directamente al carajo y porque a éstas alturas ya no estoy para mantener discusiones estúpidas y que me hagan perder un precioso tiempo.
Pero él no, él va de que su tinglado es puramente asambleario y que él solo representa a la mayoría de su Partido y no sé si esto es más cuento que el de "Caperucita Roja", pero seguro que ese es su camino.... A veces, siento vengüenza ajena, a veces veo a señores con o sin barbas y de pelo blanco o calvos y a tías hechas y derechas y levantado el puño con toda su rabia y en cambio para que tengan una opinión personal y política tienen que esperar a lo que les diga su santo santorum o su amado y venerado Pablo Iglesias. Pues nada, que ellos cultiven su culto a la personalidad y que le hagan estatuas y que le pongan nombres de calles y que los coches dejen de tener diversas marcas y que se llamen todos: "coches Podemos" y con motor: "Pablo Iglesias".