
Y a mi y ahora me acaban de pisar uno de esos principios, mejor dicho ésta fue la última gota que colmó el vaso. Y hablo a nivel laboral o de curre. Y digo yo, ya está bien de está cruzada que están haciendo los Peperos, nos recortan los sueldos, nos cuecen a impuestos y siegan derechos laborales a ritmo frenético. Y yo digo ¡basta!, basta ya de querer hacernos siervos y esclavos. Y estoy harto de dar el mismo discurso a mis compañeros, ¡joder! que nos rebelemos YA y que presentemos batalla. Ya llevo dos años predicando en el desierto.
No sé, pues aún así y tal como soy, un ser utópico y hasta la médula, sé que convocaré otra reunión y a ver si de ésta vez les hierve la sangre de una puta vez a mis compañeros, porque sino los hierve con ésta nueva vuelta de tuerca por parte de nuestros jefes, pues nada, que os juro que me retiro a un monasterio budista a hacer meditación profunda sobre la vida de la hormiga. Qué a estas alturas no sé si me ofrecen más confianza las hormigas que la confianza que tengo en mis compañeros. Espero equivocarme y estar desacertado, pues sigo confiando en la especie humana.
