AHORA SOY...
EL COMIENZO DE LA SABIDURÍA ES EL SILENCIO
Ya lo decía Pitágoras: el comienzo de la sabiduría es el silencio y yo soy el primero en sumarme a dicha aseveración teórica. Silencio se graba..., silencio se filma..., silencio se piensa... y en silencio, se toman decisiones. Porque en medio del ruido y de la confusión, no decidimos nada y si ya de por sí los pensamientos tienen su parte confusa y abstracta, le añadimos tanto ruido mediático, como el que producen las palabras a gritos, o los ruidos ambientales y los producidos por el tráfico en general y por toda la parafernalia del siglo XXI, la confusión se multiplica y al final, todo se cubre de perenne niebla y no hay ningún avance en nuestra toma de decisiones. El que diga que toma sus decisiones en medio de una discoteca, es que es gilipollas y un caradura...y porque piensa que los demás nos seguimos chupando el dedo y no es el dedo el que chupamos, es otra cosa. Hoy estoy rodeado de ruidos y está mi hijo pequeño enfermo y no para de hacer llamadas y hablando a voz en grito y si alguna vez estuve inspirado, creo que ahora vivo de recordar aquellos viejos tiempos de inspiración silenciosa. Bueno, al fin y al cabo el silencio siempre vuelve y nacimos en el más absoluto silencio y moriremos acompañados de nuestros silenciosos gusanos.
Y a veces me pongo música, pero solo a veces o enciendo la tele y la pongo como ruido de fondo, sus irritantes diálogos y monólogos. Ya sabéis, el suave sonido de las palabras, pero dichas desde la tele o la caja boba, no dejan de sonar metalizadas y como demasiado mecánicas. Se nota que vienen a través de un cable (en éste caso, de fibra óptica) o a través de ondas que son recogidas por antenas metálicas y que a través de un cable también llegan a nuestras teles, pero claro, a través de un cable no se puede llegar hasta nuestros corazones. Por tanto y concluyo, la mayoría de las veces yo voto por el silencio que existe en ésta gran casa de inmensos techos altos (techos de más de 3 metros): Todo es grande en ésta gran casa: los techos, las largas puertas inmensas, las habitaciones de 40 metros (no todas, pero sí algunas), los increíbles cuarto de baño (por su grandeza y belleza), la supergrande cocina, La mega sala de estar y de no estar y entonces el silencio en ésta casa está a sus anchas y baila y se mueve y corre y se esconde y por eso el silencio y yo, jugamos al escondite (superficie total de esta casa, 330 metros cuadrados).
Bueno dicen, que más vale que sobre a que falte y aparte yo no tengo la culpa que en esta casa y hasta hace muy poco, viviéramos 5 personas y 2 perros...y aún así, nos sobraba algo de sitio. Pues figuraros ahora que vivo yo solo y de vez en cuando también está mi hijo pequeño y hasta los perros se acabaron hiendo (y menos mal y porque a éstas alturas de mi vida no soporto tener animales en mi casa), bueno cada perro se lo llevó uno de mis hijos. Y que os puedo decir, que yo vivo muy bien en el puto silencio más absoluto y aún vivo mejor sin tener perros dependientes que mueven su puto rabo cuando te ven, pero que te cagarán en casa si no los sacas a pasear y es lógico y como corresponde y así tiene que ser, pero acabarán cagándose en la puta calle y no sé lo que es peor (a mi me da verguenza ajena, que los perros se caguen y se meen en medio de la calle). El perro no es animal doméstico y en cambio el perro es un simple animal al que los humanos intentamos humanizar o domesticar y porque en el fondo estamos necesitados de sentirnos fuertes, juguetones, que nos sean fieles y que al llegar a casa, haya alguien que nos mueva el rabo y da saltitos de alegría y así nos sentiremos los putos amos de algo. Pero yo ya tengo ese tema más que cumplido (porque en mi vida, ya tuve varios perros pero todos ellos tenían su parcela de terreno para hacer lo que les daba la gana) y repito, ahora solo quiero el silencio y sin animales domésticos, ni mascotas, ni tampoco quiero demasiadas tonterías. Ahora en mi casa, paseo de la mano con el silencio.
No lo dudéis
No lo dudéis,
yo no lo dudo
y si yo no lo dudo
supongo que habrá más como yo.
Yo no dudo de mi propia historia,
los hechos mandan en mi memoria,
las fechas, no tanto
confundo años, meses y días.
Además, cuando cuento una historia
siempre barro para casa
y soy subjetivo y lo reconozco
porque me entusiasma el lado positivo de las cosas
porque si hablo de mí, me veo más guapo,
más hermoso, más inteligente
y sobre todo, más humano.
Yo no dudo de mi humanidad
ni por un segundo, dudo,
ni dudo de mi coraje
o de mi fortaleza o valentía.
Del resto de las cosas,
seguro que he dudado
y seguiré dudando.
PRAZA DA QUINTANA
LA FINAL...
Que estamos a miércoles y día 21 de enero. Aquí estamos y estamos en lo que tenía que ser lo más crudo del invierno, pues resulta que es una primavera anticipada. Pero no me voy a repetir más con este puto tema del clima. Yo solo sé que estoy con las ventanas abiertas y en pleno mes de enero y con eso, ya lo digo todo. A veces, a fuerza de repetir y repetir las cosas consigues el efecto contrario.
Hoy es un día duro para mí y porque me levanté empanado y sigo empanado y la verdad es que duele y mucho, estar empanado. Es un estado vegetativo pseudocomatoso, donde la verdad, te importa una mierda y en donde la mentira, te da exactamente igual. Total, es que no estás o por lo menos no estás en esta dimensión. Y mira que están ricas las empanadas, pero las empanadas cerebrales no me gustan un carajo. Véis pasó el día y son exactamente las 7 de la tarde y aquí ya es de noche oscura. Un día de mierda el mío. Yo, en un día como este, es cuando pienso si merece la pena seguir viviendo. Pero ese mal pensamiento dura exactamente un segundo dentro de mi cabeza, pues de inmediato saltan todas y a la vez mis alarmas vitales y estas me hacen pensar en positivo (mañana será otro día, días así los hay y no pasa nada, después de un día malo siempre viene uno mejor y bla, bla, blá...).
Al final, siempre vuelvo al carril positivo y no sé como lo hago, pero siempre vuelvo a él. Es de suponer que ya nací así y es que a lo largo de mi vida tuve muchas zancadillas que me pudieron tumbar hacia el lado oscuro: porque no fuí un niño muy querido por mis padres y yo en mi infancia he sido feliz, pero lo fuí a pesar de que era un puto estorbo de niño. Hostias llevé a mansalva, insultos despreciativos para que contaros, mi madre intentó que tuviera todos los complejos habidos y por haber, los curas me machacaron a tortazos que aún resuenan en mis oídos. Y a pesar de todo esto...yo seguía siendo un niño feliz y porque conseguía aislarme de todos ellos y me permitía vivir dentro de mi propia dimensión. Ahí aprendí a sobrevivir y rodeado de las peores condiciones posibles. Y mi infancia, solo es un ejemplo más, pues la vida me depararía otras sorpresas negativas que ahora mismo prefiero no contar (hay momentos para cada cosa). Pero mi infancia fue mi verdadera escuela para ser un sobreviviente. Joder, que pronto aprendí a defenderme de un entorno agresivo y abusador.
DE LA SED (Josefa Parra Ramos)
EN CUANTO AMANEZCA
No soy de grandes hitos
No soy de grandes hitos
y soy más bien,
de pequeños actos
pero de muchos pequeños actos
que a su vez, si sumamos todos,
hacen un gran acto
que a veces, se convierte en un hito histórico
y otras veces, pues no.
Yo soy pasional pero a pequeños ratos,
hay días en me enciendo sin causa aparente
y hay otros, en que alguien me prende la mecha
y por último,
hay días en que no me enciendo
ni me apago
y porque simplemente,
la pasión ha pasado de largo.
LA PUNTA DE UN ICEBERG
Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...









