Soy sincero si digo,
que me encuentro a gusto,
a gusto conmigo y con lo que me rodea,
disfruto del instante y de cada momento,
si me veo en el espejo me veo contento,
si voy por la calle piso los charcos,
si es invierno no importa,
me encanta la lluvia y los días de bruma,
si es otoño, aún menos,
sus colores otoñales son pura poesía.
Si alguien me dice algo,
yo escucho, hablo y me rio,
aunque a veces también lloro y sufro,
pero esto es más intimo, más hondo,
por eso yo sufro y lloro sólo.
No huyo de nada,
ni escapo de todo,
soy una esponja de ideas delirantes,
soy el arco iris en las noches sin luna.
Me gusta la intimidad de un sofá,
y acurrucarme a la luz de una vela,
hasta a veces me sorprendo hablándome sólo,
y lo hago en voz alta y a su vez me contesto.
Pero tambien es cierto,
que me gusta tocar, hablar y esparcir sentimientos,
me encanta el roce de tú mano,
y adoro tús curvas peligrosas,
soy un ser que se emociona,
y que a veces se altera cuando se le provoca,
Soy raro, soy extraño,
soy poquita cosa,
pero para mí, soy más que suficiente.
NO TE RINDAS
No te rindas ni te doblegues ante nadie,
no digas que sí, cuando es no,
no aceptes que enmudezcan tú voz,
no pidas perdón cuando te mueres de hambre,
lucha, revoluciónate, levántate,
siente, ama, quiere y quiérete,
enrédate en un abrazo solidario,
grita hasta que estallen los cristales,
rebélate al ser pisoteado,
reivindica que aún estás vivo,
y quiérete, quierete con todas las ganas,
quiérete y quiérete por encima de todo,
lucha, ama y sobre todo no te rindas,
en tú pasado encontrarás el porqué de tú existencia,
el presente te cargará de razonamientos,
y el futuro es tuyo y por tanto nuestro,
no solo estás tú, estamos muchos,
si dudas, pregunta,
si el alma te duele, te cedo la mía,
si tropiezas, quitaremos la piedra,
si está oscuro, llamaremos a una estrella,
si tienes miedo, acudiremos enseguida.
lucha y lucha, y reivindicate,
siéntete y quiérete,
amate, abrázate y sobre todo, no te rindas,
PORQUE YO TE QUIERO, AMIGO
Porque yo te quiero,
quiero darte un consejo,
no te fies ni de mi ni de nadie,
apoya, lucha, solidarízate y rebelate,
pero no dejes tú alma en manos de nadie,
y esto lo digo, porque yo te quiero.
Acostúmbrate a levantarte del suelo,
a lavar y curar tús heridas,
a mirar fijamente a tú conciencia,
y hazlo siempre tú sólo, siempre tú sólo,
y esto te lo digo, porque yo te quiero.
No dependas de nadie, si puedes,
no reveles nunca tús guardados secretos,
no jures ni prometas lo que no sabes,
no te enciegues con el deseo de la noche,
y esto te lo digo, porque yo te quiero.
Hazme caso amigo, hazme caso,
yo no te digo nada que yo no sienta,
ni te hablo de un camino sin obstáculos,
ni siquiera soy nadie para darte un consejo,
pero en realidad es lo que siento,
y siento que esto que te digo,
te lo digo porque yo te quiero.
No dudes ni por un instante,
de la confianza que en ti deposito,
y es más te puedo asegurar una cosa,
mis palabras desbordan sinceridad,
son crudas y desnudas,
pero sobre todo son palabras auténticas,
por eso esto que te digo,
te lo digo porque yo te quiero, amigo.
CUERPOS DE ÉLITE
Hoy es sábado 24 de febrero y hace un día de rayos y tormentas, pero aquí en éste refugio en el que vivo se está del carajo. Que gusto dá cuando estás en casa calentito y oyes el viento que ruge y como cae la lluvia y tú en el sofá o en tú mesa de trabajo o haciendo la comida, ter entra un escalofrío de placer, que te pone la carne de gallina. Ahora tendré que salir para hacer una pequeña compra, pues me toca hacer la comida y hoy estamos 4, mis tres hijos y yo, que también como. Lo de siempre, me rebano el coco pensando en el menú y en las cantidades, pues son tres chavales adolescentes, por tanto comen como limas sordas.
Hoy además estoy de guardia localizado, me llaman si hay algún paciente que trasladar a otro Hospital de más nivel, normalmente me toca ir a Palma de Mallorca, aunque a veces puede tocar ir a Barcelona, Valencia. Para ello tenemos un avión adaptado para el traslado o sea como una UVI móvil. Tenemos la ventaja que uno está en casa y si avisan salen directamente al Hospital, la desventaja claro está, está en la pasta, pues cobras bastante menos, pero una cosa compensa a la otra. Con el día que hace ahí afuera y sólo pensar en tener que volar me entra mareo y el vértigo. Como soy un kamikace la verdad es que no me importa, es mas´me entusiasma las caídas en picado del avión, el subir el máximo que de el avión y bajar a toda hostia, esto produce un efecto gravitatorio y la sangre te sube a tú cabeza y todo lo que no va convenientemente atado queda suspendido en el aire durante unos segundos, hasta que de repente sale todo despedido como si tuviera un cohete en el culo. Es más me gusta tanto que yo me dedico a picar a los pilotos, a provocarlos, a vacilarlos, para que así se piquen e intenten meterme miedo con sus vuelos suicidas. Claro que esto es cuando estamos de vuelta, despues de que el paciente lo dejaramos en su destino. Pero que momentos de suelta de adrenalina, que momentos de vértigo, que subida de endorfinas. En esos momentos pienso que debe ser una pasada descender en paracaídas o en parapente o en ala delta, aunque ahí me paro, pues pienso que ya no tengo el cuerpo para estos deportes de riesgo o quizá simplemente sea la pasta, la que me hace retroceder, ¿quien sabe?.
Es bonito éste trabajo, es bonito si te gusta, como todo. Tardé muchos años en encontrar un curre que me gustara. De medicina he hecho de todo, de médico de cabecera, de pediatra, de urgencias, de medicina laboral, de perito de accidentados y desde que descubrí las emergencias los demás temas pasaron a segundo plano . ¿Y como entré en éste curre?, entré por casualidad y por necesidad, pues yo curraba en un Servicio de Urgencias Normal (no sé como sería el anormal) y a los patronos de aquél momento se les ocurrió la idea, fomentada por las pelas de la comunidad económica europea, de montar uons servicios de emergencias. Y yo estaba allí en el momento adecuado, pues ellos, como de costumbre, pecaron de improvisación y lo primero que hicieron fué encargar unas UVIs móviles y despues cuando las tenían delante de sus puñeteras narices, pensaron y ahora quien va a ir dentro y allí, repito, estaba yo. Me ofrecieron más estabilidad laboral y unas cuantas promesas y mentiras piadosas, no era fácil encontrar un médico suicida como yo, un médico que se montara en una Uvi móvil sin tener preparación, sin tener puta idea. Me acuerdo perfectamente el día de la inaguración de la UVI móvil, allí estábamos mi amigo el enfermero y yo, con cara de circunstancias y pasmados por tanto aparato nuevo que aquella ambulancia llevaba en sus entrañas. Allí estaba la prensa, la televisión y los grandes jefazos, presumiendo de su nueva ambulancia y del personal que la llevaba, que estaba más que preparado, que sabía un huevo, etc. y nosotros cada vez más acojonados, así que nosotros éramos el personal preparado, menudo acojone, menuda responsabilidad. Que panda de cabrones, son los politicastros.
Después, como siempre, pasada la inaguración se olvidaron de nosotros y en ese momento nos volvimos autodidactas, es una forma cualquiera de aprender. nos leímos todas las instruciones de los aparatos, nos dedicamos a toquetear y al final fuimos cogiendo el manejo. pero nos faltaba teoría, nos faltaba saber para que coño podíamos aplicar aquel aparataje de última generación y no sólo aparatos había cantidad de fármacos que se aplican en las emergencias y en las UCIs, había que aprender sus indicaciones y sus dosis y a pesar de nuestra voluntad hasta aquí podíamos llegar. Menos mal que de aquellas la gente aún no estaba acostumbrada a avisar al 061, al ser un servicio nuevo, y por tanto teníamos muy pocos avisos. Pero el tiempo es vengativo y estos servicios se extiendieron como una mancha de aceite, el personal se fué quedando con nosotros al vernos con aquellos uniformes rechamantes y con aquella equipación de la Nasa y empezaron, logicamente, a aumentar el número de servicios. Menos mal que cuando empezó éste incremento nosotros ya habíamos conseguido que nos dieran unos cuantos cursos de emergencias. Como veis mis principios en éste oficio fueron como los de Rokefeler, ya empecé de la nada y mi escuela fue la escuela de la vida. !que bonito!. Bueno yo soy un Rokefeler pero en plan pelado, pues no tengo un puto duro, pero yo estaba allí, en el momento marcado por el destino, en el justo momento en que tenía que estar y mira por donde y yo sin saberlo, iba a dar con la tecla. De todas formas me confirmo en que me encanta éste trabajo, pero yo no soy un talibán de las emergencias. Me explico, hay talibanes en todos los curros, hay quien siempre se plantea su vida en función de su curre, yo no sé si es porque a nivel personal su vida es pura frustración o porque hay gente, que simplemente es corta y no saben que la vida se compone de muchas otras cosas.
Las emergencias es terreno propicio para muchos descerebrados, pues hay mucha suelta de adrenalina, hay momentos arriesgados, hay poder en tús manos y todo esto cuelga. Asi que se ha creado mucho adicto a la emergencia, más bien se han creado sólos y complementan su actividad diaria con el ponerse en forma, siempre preparados para entrar en acción, como los hombres G de gilipollas, siempre hay un terremoto o un tsunami al que se puede acudir o un rescate en las montañas más altas. Me acuerdo de uno que como había ido a un tsunami, decía que estaba en preaviso, si lo llamaban de nueco para cualquier catástrofe que hubiera en el mundo, él ya tenía su mochila preparada en casa y con todos sus avíos. como si preperar una mochila de mierda le fuera a comer mucho tiempo, pero que bien suena, bueno suena bien para ellos y entre ellos, para los demás nos queda claro lo que son y son unos gilipollas. Es como las sectas, se come, se caga, se duerme, pensando en lo mismo y se acude a cursos, masters y demás mandangas, para reunirse entre ellos, para así cerrar el circulo, comentan, rien, cotillean y follan entre sus miembros. Se liga hablando del último tsunami o del rescate en la nieve a bordo de un helicóptero o de casi me muero al rescatar a una persona. El abanicio es amplio, pues hay muchos colgados, los hay que son bomberos, los hay que son policías y los hay que son sanitarios y éste pupurri sólo les une una cosa, les une las emergencias.
De vez en cuando hacen como un congreso que une a los diferentes cuerpos, me refiero a los bomberos, policías y sanitarios. Aquí se mansturban colectivamente e incluso no les hace falta chingar entre ellos, les llega con ver sus esbeltos cuerpos, sus cuerpos de élite y sus cuerpos fibrosos sin pizca de grasa o sea cuerpos danone. Despues vienen los cursos sobre el monotema y lo que más les gustas, los complementos de las emergencias. Ven y comentan cuerdas multiresistentes, las botas impermeables al agua, el último modelo de mochila y las chupas de alta montaña. se gustan tanto ellos mismos que lo demás mortales sólo merecemos compasión, pues somos unos pringaos. Tengo que decir y esto es importante, que no todos los que acuden a éste tipo de eventos son de ésta manera y no se consideran que forman parte de una secta, éstos últimos, los seres normales, sólo van a aprender y como su cuerpo no es producto de culto suelen tener cuerpos tirando a normales y lo demás y los que le rodean les importa una mierda, pero aún así notan en su nuca la mirada despectiva de los cuerpos danone, de los cuerpos de élite.
Hay algunos que por su equipación se les nota que pertenecen a esa élite, por ejemplo un complemento que les gusta usar son los cinturones. Sí, los cinturones que suelen llevar los pringaos de los policías municipales, unos cinturones anchos y negros, en los que llevan colgados hasta los calzoncillos. En ese cinturón caben las llaves, los mosquetones, las tijeras, el cepillo de dientes, el champú, el gel, los condones, las linternas y una reseña grabada de un tsunami o un terremoto, pero sólo una pequeña reseña, con apariencia de no ostentar, pero estrategicamente situada para que se vea y que alguien pregunte, entonces viene un diluvio de descripciones y bla, bla,blá y bla, bla, blá. Y yo y yo y yo.....
PEQUEÑOS DIOSES
Son las 16,30 de la tarde y me acabo de despertar como hace una media hora. Tuve curre y como fué de noche el aviso jodido, en concreto a las 3 de las mañana y no la treminé hasta las 6, pues poco margen me quedó para poder conciliar el sueño. En definitva que dormí unas escasas dos horas. Porque no sé si sabeis que aparte escribir también curro y a veces toca lo que toca, noches toledanas.
Pero bueno una vez medio descansado, aquí estoy, dispuesto a torear de nuevo. Con ese aviso jodido se me quitó toda la tontería que tenía: que si volvía estar como hace 10 meses, que si estaba estancado, etc... y cuando de sopetón te vuelves a encontrar de cara con la muerte, en éste caso con la muerte ajena, te das cuenta que lo tuyo es una puta llorada. Oor eso despues de un merecido descanso vuelvo por mis fueros a la plaza de toros, a disfrutar de la lidia y de la verónica y de las que se presenten en la plaza.
Hoy dicen que a lo mejor nieva mañana o el domingo. Yo hasta que lo vea no me lo creo, soy gallego, por tanto soy desconfiado. Es bonita ésta Isla cuando está nevada, bueno es bonita siempre, pero nevada aún lo es más, así que estoy tan impaciente como lo puede estar un niño el día de Reyes. Ya me despejé escribiendo un buen tocho, bueno de volumen, de calidad ya es otro cantar, pero yo me lo pasé de miedo.
La verdad que hoy reflexionaba sobre el poder que tenemos en nuestras manos y me refiero a los médicos y más los que trabajamos de urgencias y emergencias. Muchas veces se te plantea el dilema de que decisión debes tomar ante determinados casos clínicos. Voy a poner un ejemplo muy sencillo que me pasó ayer mismo. Resulta que yo salvé una vida, bueno yo y mis compañeros, pero a lo que voy, le salvé la vida a un vegetal o aún más que pòsible vegetal. Tomé la decisión de intubar, conectar al paciente a un respirador, meterle la medicación apropiada para el caso y bueno, lo trasladé hasta el hospital vivito y coleando un poco. Pero ese poco puede ser mucho, hasta que punto se puede estar contento de mantener las constantes vitales de un paciente con una hemorragia cerebral bastante severa, ¿se puede estar contento?. Y no vale que en la asistencia inicial yo no podía saber que es lo que era, pues sí que lo sabía, yo sabía perfectamente que era una hemorragia cerebral y que además era severa y se sabe más o menos dentro de un orden, se sabe por los síntomas, por los signos clínicos y por la exploración, en éste caso neurológica. Por tanto a groso modo yo si sabía el alto grado de afectación cerebral y aquí empieza el dilema, ¿que coño hago?. La valoración de las secuelas, era poner en la báscula sólo dos alternativas: o se quedaba parapléjico o se quedaba tetrapléjico y con alteraciones de las funciones básicas, como el hablar, el pensar,etc... Entonces, que es lo que te domina en ese momento. Por principi, lo que te domina es la suelta de adrenalina, eres capaz de actuar, valorar y tratar a la velocidad del rayo y en general, si estás bien entrenado, sueles acertar.
Pero en casos como éste y muchos otros, si por la gravedad del paciente tienes que intubar, aquí tú poder es total. En ese instante en que vas a meter el puñetero tubo eres un pequeño dios, un dios que tiene una vida en sus manos, pues si no aciertas la has cagado y si no estás fino, pues también. Este poder se agudiza y aumenta, cuando previamente a la intubación le has puesto una medicación que le anula por completo la respiración espontánea, pues muchas veces aún conservan una respiración residual y lo dejas hecho un muñeco de trapo, ahora sólo es dependiente de que tú introduzcas correctamente el dichoso tubo. Son segundos, pero son tan intensos y con ese poder entre tús manos y una vida que pende de ti, que pende de un hilo, que si lo haces bien le coges vicio. A veces te pillas a ti mismo observando cuellos, pues el tema de las intubaciones tiene su enjundia, pues hay cklasificaciones según el tipo de cuellos e incluso según el tipo de cuello se consideran intubaciones fáciles o difíciles. O sea que es un mundo aparte, un submundo dentro de las urgencias médicas.
De todas maneras, el dilema sigue en mi cabeza, como coño puedo darle vida a un vegetal, pues sé que su estado final va a ser ese, el estado vegetal. Despues hay grados, según afectación neurológica, lo sé, pero eso no quita que en el fondo las clasificaciones en realidad sean más burdas. La cuestión final, es la que dije antes, todo se basa en si mueve un brazo o los dos, si mueve una pierna o las dos, si las pupilas son reactivas, o si el habla puede quedar afectada, y la memoria, etc... Claro que como no puedes ni debes jugar a ser un pequeño dios, lo que tienes que hacer es lo más humano. Y aquí me vuelvo a interrogar, ¿es lo más humano darle vida a un guiñapo?, un guiñapo dependiente, impedido y depresivo, pues logicamente al ver su propio estado se deprimen automaticamente.Pero éste dilema tan vitalista es muy difícil de concretar, pero hay que intentarlo, para que en situaciones como estas sepas perfectamente como debes actuar y aún así no se conseguirá nunca del todo, digo el hacerlo siempre correctamente.
De todas formas, en la medicina hay diversas corrientes. Hay la más "médica", donde sólo se valora las constantes vitales del paciente y no se valora el lado más humano. He visto muchos casos en que los médicos reaniman a un enfermo terminal y todo porque aún conserva constantes, sin valorar para nada que ese paciente le queda un mes de vida, llena de dolores inmensos y efectos secundarios de la quimioterapia o de la radioterapia incoercibles. ¿Donde está la humanidad?. Si la tuvieron algún día, la dejaron cuando entraron a estudiar en la facultad de medicina. Porque si te molestas sólo un poquito en pensar con humanidad, en el 90% de los casos el paciente te va a agradecer que no le prolongues una agonía tan dolorosa, aparte que también te lo agradecerá la familia.
Y después estamos los otros, la corriente más humanista, los que intentamos que el sufrimiento del ser humano cuando es irreversible, sea el mínimo y apoyamos una sedación programada, para que el paciente terminal vaya apagando poco a poco sus últimas velas. Y tengo que aclarar que no somos mayoría, más bien lo contrario y más ahora que impera de nuevo el opus Dei. Somos los menos pero no somos cobardes y no tenemos miedo, pues con nosotros está el peso de lo humano. Además estamos acostumbrados a desenvolvernos en circunstancias adversas y nos desenvolvemos como putas anguilas a contracorriente. De vez en cuando nos dan un gran o un pequeño palo, pero nos crecemos ante los obstáculos. Bueno no sé si esto es lo que le pasa a todos ,yo hablo de mi y de lo que me gustaría que les pasara a los demás reistentes.
Hay otros, tambien por desgracia demasiado abundantes, que son los que se inhiben, no valoran, ni toman partido y no lo toman porque en realidad no tienen ni puta idea. Son los flojos que hay en todos los curros y suele coincidir que tienen mucha labia, ya que están acostumbrados a salir de los marrones con su labia patatera. Éstos señores, son flojos por naturaleza, en su vida médica pusieron interés por nada, hacían que lo tenían, hacían que cogían apuntes, hacían y hacen que estudian, pero en el fondo y en la superficie lo que no tienen es ni puta idea. A muchas de éstas larvas les gusta trepar y suelen llegar a tener algún carguito intermedio y una vez que lo cogen ya no lo sueltan en el resto de sus días. Son trepas, larvas, pelotas, ineptos y unos cara dura.
La Medicina, como otras ciencias, debe ser como la tierra : la tierra es para el que se la trabaja y la Medicina también y el que no lo haga que se vaya a tomar por culo.
!Vade retro Satanás!.
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