Como se ve la gestión de las emociones da para mucho. Y porque el tío no va de legal y no va directamente al grano...de "como llegar al consenso a través de la gestión de las emociones" y así todos nos entenderíamos mejor y hasta yo no perdería mi sagrado tiempo en leer su entrevista. Al menda lo que lo que realmente le importa, es llegar al puto consenso. Porque a mi si me interesa la gestión de las emociones, pero me interesan para mejorar el bienestar de cada uno y no para ir consensuando todo el día y a todas horas. Aparte que no entiendo esa idea de que todo funcionaría mejor si se consensuaran todas las posturas o los pensamientos.
Es como decir que los políticos no saben hacer política porque no saben consensuar (aunque a veces, es verdad) y por tanto no saben gestionar sus emociones y las de los demás. Bueno pues yo y como es evidente, el consenso me lo paso por el culo....Porque por mucho que yo gestione mis emociones, primero hago ejercicio con ellas cuando escribo todos los días y sobre todo, que me siento obligado a pensar sobre ellas, pero eso, no me lleva a tener que consensuar con el vecino que solo come bocatas grasientos y como mucho llegaría a acuerdos puntuales "Tú no mees en mi puerta y yo no te cagaré en la tuya" y esto no es consenso, es simplemente un acuerdo o de intercambio de favores mutuos.
Pero lo que yo me pregunto, es que necesidad tengo yo de hacer consenso con mi vecino, si cada uno es cada uno y cada uno vive en su santa casa y de puertas adentro se puede hacer lo que nos salga de nuestros santos cojones, eso sí, sin molestarnos mutuamente. En el fondo del asunto viene la idea de que la gestión política es tan mala, porque no sabemos sabemos gestionar nuestras emociones. Y claro, eso borra las ideologías y las borra de un solo plumazo y como yo voy a consensuar con un individuo en que su única meta, es vivir de explotar a los demás. Pues ya digo, éste señor vende su producto y lo vende como la solución total o como la solución universal a nuestros problemas sociales. A mi me recuerda a aquellos individuos que en las películas del Oeste, vendían remedios para todo, sólo que ahora a aquellos potingues, se les llama, "la gestión de nuestras emociones consensuadas".