ASÍ ES...



 

ERNEST HEMINGWAY

 

“El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos”.

Ernest Hemingway

Valeria Resenite Álvarez. (Blog de Emma Gunst)


No soy el centro del universo

mas bien el borde de la copa

arenita que sopla el viento

cuando nadie lo ve

espuma vaciada contra 

una orilla que arde

mientras la otra empuja

y deja de forzar 

lo que no es.

No hay señal que avise el desamparo

solo unas pocas palabras

brotan 

otras se secan de raíz

vidrios rotos

a punto de estrellarse

porque lo que no crece rompe

y lo que nutre

a fin de cuentas

puede ser chispa y se enciende.





Valeria Resenite Álvarez

CINCINNATI (Manuel Vilas). Blog "Rua das Pretas"


CINCINNATI


Llegué casi a la medianoche a Cincinnati,
media hora de taxi desde el aeropuerto hasta el hotel,
y las luces de la ciudad al final de la autopista. 

Al día siguiente vi el río Ohio y mi alma se alegró. 

Desde una colina vi el río dividiendo dos Estados,
a un lado Kentucky, al otro Ohio,
con sus puentes, sus barcos, sus camiones,
y abajo, el agua turbia, y los rascacielos de la ciudad. 

Me decía a mí mismo la palabra Cincinnati,
como una oración, como una palabra sagrada
que le robara a la oscuridad un sol merecido. 

Llamé a mi hijo pequeño a España para decirle que estaba aquí,
en esta ciudad y al lado de este río,
y nadie descolgó el teléfono. 

Vi que llevaba cuarenta llamadas realizadas. 

Comí en un restaurante asiático,
comí arroz y un pez de agua dulce,
era un día primaveral, con brisa y luz,
y pensé: ojalá encontrara trabajo aquí,
una casa, una familia, unos hijos, un perro.

Ojalá encontrara aquí un sol merecido.

 Y decía todo el rato Cincinnati,
porque parecía una palabra sanadora,
porque parecía una palabra italiana,
porque parecía la palabra perfecta
para decir adiós a quien fui. 

Después de comer hice la llamada cuarenta y uno. 

Me alojé en el Fairfield, un hotel agradable
en el barrio de la universidad, había gente joven
por las calles, gente alegre, bebiendo cerveza,
di un paseo y otra vez
dije Cincinnati, porque es una fiesta
esa palabra, un desfile de íes que bailan en mi alma. 

Quiero vivir treinta años más, Cincinnati,
quiero llegar a ser octogenario. 

Necesito toda la vida del planeta Tierra.
No puedo morir ahora,
cuando me quedan tantas cosas por hacer. 
Hice otra llamada. 

Hola, hijo, estoy en Cincinnati,
es una ciudad preciosa,
¿qué quieres que te compre, cariño?,
terminé diciéndole a la recepcionista
afroamericana del Fairfield en español,
y ella no entendió ni una palabra,
pero al menos me escuchaba,
y me miró con ojos incrédulos,
pero también apenados. 

Abril del año dos mil dieciocho,
tengo cincuenta y cinco años,
y dije mil veces la palabra Cincinnati.


Manuel Vilas

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...