Ahora vivo en ésta esquina del mundo,
antes vivía en otra esquina
quizás más esquinada,
quizás más sureña y más clara de luz y agua.
Y antes de éstas dos,
viví en el norte,
fui norteño de caracter
y un apasionado de la lluvia,
llovía y me cubría de nubes negras,
me mojaba
y pensaba en que al mes siguiente dejaría de llover
al final, me entraba frío en los huesos
y entonces mi cuerpo,
se convertía en un amasijo de carne húmeda y entumecida...
Llovía y yo pensaba
que estaba en un claro del bosque,
desprotegido y empapado de pies a cabeza
dejado de la mano de dios...
Al final y sin pensarlo dos veces,
he caído al este de mi existencia,
por donde sale el sol y se acuesta la luna,
por donde a veces llega el mar entre los ojos de la luna
y por donde en las tardes como la de hoy,
alguien está pintando la cúpula de cielo,
de blanco, azul, dorado y amarillo.