EL ENCHUFE

Cada uno se lo monta como puede, pero también es verdad que de vez en cuando hace falta un estímulo externo. Yo que estaba viviendo a ritmo caribeño y entre las vacaciones y el mal cuerpo que tenía, las cosas iban más bien despacio y de repente y a las 3 de la tarde y cuando ya estaba dispuesto a darme una siesta, van y me dan un aviso de traslado en avión y claro a esa hora y con la panza llena, me cagué en sus muertos. Salí zombi perdido y con esa mala hostia que solo se tiene con la desgana.

Pues nada, que después de espabilarme un poco, le agradecí al mundo que me diera un fin y una tarea y porque se me cayó al suelo la desgana.
Y cuidado con la desgana, la desgana se hace hábito y al final, es tú uniforme. Desgana prima hermana de la pereza o de la desidia y lo malo es que ninguna da la cara y tú pensando que eres el de siempre y resulta que  ya no eres el de siempre y eres solo una mala fotocopia de lo que fuiste.
Caña y caña al cuerpo y chaval espabila que te estás quedando atontado. y por eso agradezco tanto ese aviso médico y a la hora en que me lo dieron.

Si yo soy de la teoría que de vez en cuando hay que meter los dedos en un enchufe y así te espabilas y de paso te cargas. De todas formas yo ya me cargué mucho de pequeñito, pues en mi casa había un enchufe siempre jodido y todos los días me quedaba pegado y dando alaridos. Y al final y mira como es la vida, creo que lo estoy echando de menos. ¡hay que joderse!

LA GRANJA

Agudiza el ingenio, agudiza el ingenio me decía cuando me encontraba trabado y ahora volví a tener la misma sensación y sin darme cuenta me dije lo mismo, ¡agudiza el ingenio tío!. Y no agudizo nada y porque me falta material para hacerlo, no hay clarividencia, no hay una idea suelta. Los pensamientos no se fabrican, los pensamientos se tienen o no se tienen y yo estoy esperando a que se caiga alguno de mi cerebro podrido.

Y mira que hay pensamientos sueltos, hay tantos como granos de arena de una playa. Y están ahí y están aquí y están por todas partes. Yo me considero un cazador de pensamientos, pero un cazador que no mata a sus piezas, si no que las cojo cuando puedo y después las desarrollo. A veces me gustaría cogerlos por los huevos y cortarles las alas, así sé que no se irían nunca de mi lado. Vamos, que montaría una gran granja de ideas o de pensamientos.

La Granja de Bruno, patos, gallinas y gansos y un estanque en el medio para que cagaran en él y porque es muy bonito tener estos animalitos, pero como animalitos que son, cagan y cagan mucho. Yo lo sé porque lo he vivido, de hecho en mi infancia siempre tuve cerca a este tipo de bichos y puedo asegurar que cagan más que las personas y pronto ese estanque tan romántico y bucólico, se llena de mierda y hasta los bordes.

UN DÍA DE PLAYA

Hoy he vuelto a visitar a la playa Atlántica, playa con olas, playa con mareas y además que precisamente llegué con la marea baja y a la que tanto deseaba. Deseaba su silueta de arena mojada y su aroma a algas atlánticas y sus contornos de mujer. Deseaba una puesta de sol y al mismo tiempo que la luna se mostrara, pues deseaba las dos cosas a la vez. Playas playas son las Atlánticas y ya sean gallegas, portuguesas o gaditanas y calas son las mediterráneas y cada cosa tiene su punto y tiene su historia.

Como el día estaba nublado no me bañé y como eran ya las 7 de la tarde nadie estaba en el agua, salvo mi hijo pequeño que se dejó engullir por las olas, pero solo 5 minutos y salió temblando como tiembla una hoja seca con el viento. Después un poco de ejercicio de observación y entonces ví que todo seguía igual, vamos como si nunca me fuera de allí. Partidos de fútbol de chavales sobre la arena dura y mojada y chupando pelota como siempre. Más allá jugando una pareja a las palas y sentí una profunda envidia y no por la pareja sino por las palas con las que jugaban.

Y bueno la pareja pesada y empalagosa que siempre hay y dándose un buen lote y besos y caricias y demás baboserías y que llegan a eso, a empalagar. El gordo paseando despacito y de vez en cuando echándose una carrerita de cuatro metros y todo para después comer más feliz y a su vez para engordar más. Y las que tías que van piando a la orilla del mar y que no dejan títere con cabeza y que son capaces de desguazar un barco sin otras herramientas que su propia o impropia lengua. Claro que también me pregunté si toda esa gente se merecía estar en una playa tan bonita, vamos si tenían méritos suficientes para poder estar allí y por supuesto no me contesté, porque yo no soy fiscal, ni soy juez, yo soy un tío que fui feliz mientras estuve allí, allí junto al Atlántico, en donde yo nací.

EL SOLSTICIO DE VERANO

Pues hoy de nuevo es sábado sabadete y día 9 de Agosto y por aquí todo transcurre como toca, con calma y despacito y con un fuerte calorcito y menos que la brisa marina está activa y manda caricias frescas, si no era para colgarse. No hay nada nuevo bajo el sol de verano, en tal caso que se acerca el Solsticio de Verano y eso suena que te cagas. Mi último solsticio de Verano celebrado, fue una gran cagada por mi parte y eso que estaba muy bien montado el evento y nos fuimos unos cuantos tíos en kayak a una aún más pequeña Isla que se llama la Isla del aire.

El tema era ir a una de las cuevas que tiene esa Isla en su parte de atrás y allí hacer una barbacoa de amigotes. Y todo muy bonito y todo muy bucólico, pero ya en el camino de ida empezaron a aparecer los porros o canutos y yo que no fumo esos petardos desde hace 40 años, me cogí un globo estratosférico y que además fue in crescendo. Y cuando llegamos a un puta cueva ya fue el despiporre, pues ya salió el alcohol a espuertas y esa mezcla de colocones explotó dentro de mi cabeza.

Y creo que hice cantidad de gilipolladas, yo ya no me acuerdo o ya no quiero acordarme y porque me da una vergüenza que te cagas. Si hasta me peleé con un tío de la pandi y caí al agua y me jodí dos costillas. Algo bochornoso. Pues nada que llegué de vuelta a casa y no sé como lo hice. Pues ésta fue mi gran celebración del Solsticio de Verano y han pasado 4 años y os juro que cuando escribo esto, aún me llevo la mano a la zona de las costillas rotas. Menudo payaso de mierda. Por tanto no todo son buenos momentos y como se ve hay momentos que lo mejor que se puede hacer con ellos, es olvidarlos y taparlos y callarlos y enterrarlos y...y...y que le den por el culo al Solsticio de Verano.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...