Decidme que no,
decidme que esto no es real,
que todo es un sueño irreal,
que yo sueño despierto,
y que todo lo de alrededor,
forma parte de un espejismo.
Decidmelo o yo me vuelvo loco,
decidmelo por misericordia y por piedad,
no veis que sufro y lloro,
no escuchais, acaso mis lamentos lastimeros.
Yo no quiero ser de carne y hueso,
prefiero ser un muñeco de trapo,
o un ser desamparado e inerte,
o un hombre de paja o un espantapájaros,
lo que sea, con tal de pasar desapercibido,
y con tal de que de una vez me dejeis en paz,
yo vendo mi alma al diablo, si hace falta,
y hasta hago el pino en el Everest,
por eso lo que os pido,
y de una vez por todas,
que os olvideis de mi y de mi existencia.
Estoy harto y saturado,
estoy hastiado y agotado,
y no puedo más,
y lo digo con el corazón en mi mano,
y con la claridad del claridivente,
y es que lo tengo más que claro,
lo que yo quiero, en realidad,
es que todos me dejeis en paz.