
Déjame que te cuente algo,
un cuento o un relato, ¡algo!,
un cuento sobre dos personas,
una buena y otra mala,
la buena era buena de tonta,
y la mala era perversa de mala,
y coincidieron en un claro de un bosque,
los dos solos y uno enfrente del otro,
y con la luz de la luna en sus caras,
la buena le dijo a la mala,
¿Te vienes conmigo?, que tengo miedo,
y la mala no dijo nada,
simplemente se puso a andar,
y por el camino, la mala se debatía,
entre sus dos dudas,
me gusta y voy a ser bueno,
o me gusta y voy a ser lo que soy,
malo y perverso,
y llegaron a una entrecrucijada,
y la buena, ya no sabía que camino coger,
y la mala, pensó en sus posibilidades,
si le digo el camino correcto,
ya no volveré a verla, razonó,
y si le digo el camino equivocado,
se quedará conmigo más tiempo,
y lo vio claro,
tan claro como la luz de un rayo,
y le dio el camino erróneo,
y dieron vueltas y vueltas,
mientras hablaban y hablaban,
y ya fueron sintiendo al gusano,
y a las mariposas del estómago,
y así, hasta que el día apareció en lontananza,
los dos iban agarrados de sus manos,
y a cada paso dándose besos,
y el malo se dijo a si mismo,
si hubiera sido bueno,
nunca la tendría entre mis manos,
y con una sonrisa sarcástica,
se despidió de todos nosotros,
y colorín colorado,
éste cuento se ha acaba
do.