"Aquellas pequeñas cosas", Joan Manuel Serrat


 "Uno se cree

que las mató

el tiempo y la ausencia.

Pero su tren

vendió boleto

de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,

que nos dejó un tiempo de rosas"

A veces


A veces

las venas me crecen como raíces de un árbol gigante.

Otras veces mis lágrimas desaparecen

en la primera curva a la izquierda

y en un lugar que se ha quedado olvidado.

A veces

la locura se apodera de mi

y me hace sentir lo que nunca sentí.

No sé si es mejor

estar cuerdo

o estar enloquecido.

El ciclo de la vida, según Blanca Varela.


 

FOTO DE MI PUEBLO


 Foto postal del puerto de mi pueblo de "Es Castell". Menorca (Islas Baleares).

NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN TÍ

No puedo dejar de pensar en ti,
ni en tu cara,
ni en tus ojos,
ni en tus labios.
No puedo dejar de pensar
en tus pechos,
en tu pelo,
ni en tu inocente mirada,
porque todo esto lo llevo tan dentro,
que tiene su sitio en el almacén de mis sentimientos.
Si pienso en ti,
a veces me pierdo,
pues esas veces no me encuentro a gusto,
tengo un resquemor que me inquieta,
o es como una corriente eléctrica
que se desplaza desde los pies a la cabeza.
No puedo dejar de pensar en tí,
no puedo, por mucho que quiera,
es como un tumor dentro de mi cabeza,
o como una obsesión maldita que se multiplica,
y si me lo extirpo me dolerá, seguro,
y si no lo hago,
me seguirá escociendo como un sarpullido.

Entonces, ¿que hago?,
si no puedo dejar de pensar en ti,
aunque me ponga del revés,
y aunque me retuerza como una serpiente
la idea persiste en mi,
está dentro de mi esencia,
y está clavada en el centro de mi alma,
y escuece, duele y sangra,
y eso me produce,
un dolor profundo e insondable.
No puedo dejar de pensar en ti,
pero sí puedo pensar en otras cosas,
puedo sentir el paisaje de una montaña,
o ver como desciende un río,
o notar como las olas me mecen,
o como la luna me enternece,
puedo sentir tantas cosas,
que a veces se me olvida,
que no puedo dejar de pensar en ti.

¿No nos estaremos equivocando?

 

Yo entiendo a los desconfiados, pues al fin y al cabo, de ellos será el reino de los cielos. Y también entiendo a los cretinos, porque son demasiado estúpidos, además de cretinos...También entiendo que tiene que haber listillos, pero hay un problema... que de tantos que hay no se puede ver el sol...Y de vez en cuando cabalga un jinete a lomos de su precioso caballo blanco (y no es el de Santiago precisamente) y entonces y como somos así de bobos y de idiotas, pensamos que estamos ante nuestro salvador...Y ya está, ya de nuevo tenemos un líder al que seguir...¿No nos estaremos equivocando?

"Luvina", Juan Rulfo


 "...Hubo un momento en esa madrugada en que todo se quedó tranquilo, como si el cielo se hubiera juntado con la tierra, aplastando los ruidos con su peso…

-¿Qué es? -me dijo.
-¿Qué es qué? -le pregunté.
-Eso, el ruido ese.
-Es el silencio".

Necesito ir a un antro


Necesito ir a un antro
oscuro, guarro y mal pintado.
No quiero máscaras en las caras,
ni rostros difuminados,
ni ojos inyectados,
y menos quiero,
miradas tiernas que no te dicen nada.
Necesito un antro que esté lleno de almas
que no sean gemelas
y que a su vez...
no lloren sus penas.

AHORA (Alejandra Pizarnik)

 

Ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada.

'Amores eternos'. Joaquín Sabina

 

Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla;
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.
No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido
deshacer las maletas del olvido?
Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.
Uhhh
Conservo un beso de carmín que sus labios dejaron
impreso en el espejo del lavabo,
una foto amarilla, un corazón oxidado,
y esta sed del que añora la fuente del pecado.
Antes que la carcoma de la vida cotidiana
acabara durmiendo en nuestra cama,
pagana y arbitraria como un lunes sin clase
se fue de madrugada, no quiso ser de nadie.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno...

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...