Yo soy uno de esos tíos raros que sólo irradian y lo que irradian ya es otro tema y que ahora y por que no viene en el guión no voy a tocar, por tanto sólo nos quedamos con que soy un tío que irradia. Y eso que últimamente me he calmado un poco y ya no me atropello tanto con los pensamientos. Ahora pongo pausas y me impongo a mi mismo el pensar dos veces, antes de soltar un improperio. O sea que en definitiva irradio menos, pero sigo emitiendo rayos y truenos. Desde hace tres años hasta hace tres meses, no había quién me tosiera y pobrecito de aquél o no que se atreviera a ponerme algo en duda, vamos que lo despellejaba in vivo.
E irradiar significa irradiar y pasaba y pasa que igualmente irradiaba risas, sonrisas, insultos y malas palabras y eso bien acompañado de un fuerte y seguro desafío con la mirada, era cuando menos una victoria apabullante o por lo menso, un fuerte destrozo al enemigo. No sé, me sentía superior a todos, pero no en el mal significado de superior superior y tú eres una mierda por ser inferior, sino superior en el buen sentido de la palabra o sea me sentía tan brillante, tan despejado y tan lúcido, que me sentía tan humano como los demás, pero con un ligero y no tan ligero toque de divino. Y así era y así fue y hoy en día aún conservo una parte de divino, pero ya no todos los días, digamos y para ser más concreto, que sólo lo siento de vez en cuando.
Y menos mal, que ya no lo siento todos los días, pues era una verdadera trabajera. Eran mil frentes abiertos y todos abiertos al mismo tiempo y venga a disparar o a protegerme de las balas del enemigo y toma y zaca y por si acaso toma dos hostias dialécticas y otras dos de regalo. Mi lema no era defensa y después ataque, era directamente ataque y a degüello. Miedo era una palabra que despreciaba, miedo era para los cobardes y para cuatro pringaos acojonados. Y ¿qué cambió?, pues cambió que ahora ya tengo un poquito de miedo y de hastío, ahora soy como más pragmático y ya no meto en tantos líos, aunque tengo que reconocer que de vez en cuando me despacho y que me despacho con sumo gusto.